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Aeroespatiale y Dassault Aviation entran en la recta final de su fusión

Enric González

La primera gran fusión de la industria aeronáutica europea ya está a punto. La empresa pública Aeroespatiale (consorcio Airbus, lanzadera espacial Arianne, avión supersónico Concorde y misil Exocet) y la privada Dassault Aviation (cazabornbardero Mirage, reactor Falcon) presentaron el sábado al Gobierno francés un borrador de acuerdo para fusionarse en una compañía que facturará anualmente unos 60.000 millones de francos, casi 1,5 billones de pesetas, y ocupará a 47.000 personas. El Estado francés tendrá la mayoría del capital, y Serge Dassault, con un 27%, será el principal accionista privado.

Serge Dassault reaccionó mal cuando, a principios de año, el presidente Jacques Chirac expresó su deseo de que Aeroespatiale y Dassault Aviation se fundieran en una sola compañía. Aquello fue prácticamente una orden, completada con una amenaza: si Dassault se resistía, el Estado francés le retiraría todos los pedidos y le obligaría a vender. El posterior procesamiento de Dassault en Bélgica, por presunto soborno, y la firmeza mostrada por el Gobierno, forzaron al patriarca de la aviación francesa a un cambio de actitud. El 20 de mayo acudió personalmente a una reunión de la comisión mixta de ambas empresas, y desde entonces las negociaciones avanzaron con enorme rapidez.Los principales aspectos del preacuerdo Aeroespatiale-Dassault fueron adelantados ayer por el diario economico Les Echos. La comisión mixta ha valorado Aeroespatiale en unos 20.000 millones de francos (Medio billón de pesetas), restando un endeudamiento de 5.500 millones de francos y sin contar su participación en el consorcio europeo Airbus, que quedará al margen de la fusión y se estima por sí sola en más de un billón de pesetas. Dassault Aviation ha sido valorada en unos 10.000 millones de francos (250.000 millones de pesetas), una vez deducida la participación en Dassault Systèmes, filial dedicada a la concepción de sistemas de fabricación informatizados que saldrá a Bolsa el 28 de junio y quedará fuera de la operación.

El Gobierno francés ha conseguido situar a Serge Dassault como accionista importante, pero no decisivo: su participación se quedará en el 27%, y no el 33% al que aspiraba el hijo del mítico Marcel Dassault. Un 33% habría supuesto, según la legislación francesa, una minoría de bloqueo. A cambio, Dassault ostentará la presidencia del consejo de vigilancia de la empresa, dentro de una estructura a la alemana.

Otra de las objeciones de Dassault, referida a las distintas culturas empresariales de ambos grupos, parece haber quedado despejada. Aeroespatiale es una compañía pública, con una gran facturación y un enorme nivel tecnológico pero también con importantes pérdidas: 981 millones de francos en el ejercicio de 1995. Dassault Aviation tiene menos pedidos, pero es más austera y más rentable: 288 millones de francos de beneficio en 1995, y unas reservas superiores a los 5.000 millones de francos, suficientes para enjugar el endeudamiento de Aeroespatiale.

Tras su primer encuentro con los responsables de Aeroespatiale, Serge Dassault se mostró satisfecho en cuanto al cruce de culturas: "Esta gente tiene mentalidad de empresa privada", afirmó.

El borrador de fusión, que ahora estudian los ministerios de Finanzas y Defensa, debería hacerse oficial a primeros de julio. Queda un escollo: el tratamiento fiscal del patrimonio de la familia Dassault, que incluye, además del 49,9% del grupo Dassault, numerosos edificios en alquiler y propiedades mobiliarias. Serge Dassault exige al Estado que garantice la transmisión íntegra de su patrimonio a sus sucesores.

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