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Los miembros de la OTAN se resisten a lanzar un comando para 'cazar' a Karadzic y Mladic

Xavier Vidal-Folch

La OTAN y la IFOR están "preparadas militarmente al detalle" para detener a los dirigentes serbobosnios acusados de genocidio, Radovan Karadzic y Ratko Mladic, si salen a la superficie, pero no realizará una operación comando para cazarlos en su madriguera, de la que apenas se mueven. Los Gobiernos se resisten. Una operación así sólo podría lanzarla el presidente de EE UU, Bill Clinton, quien debería acordarla con Londres y París. Así reaccionó la OTAN a la orden internacional de detención contra Karadzic y Mladic dictada el jueves por el tribunal de crímenes de guerra de La Haya.

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"Si se mueve, le detendremos", confirmó un alto funcionario de la Alianza, que ayer reaccionó con entusiasmo a la orden de captura dictada por el Tribunal Penal Internacional. A causa de ella, Karadzic y Mladic "se habrán despertado esta, mañana más deprimidos y más aislados", comentó. Están contra las cuerdas: tienen bloqueadas las comunicaciones, carecen de libertad de movimientos para salir de su cuartel general y han pasado a ser apestados, políticos, parias "completamente marginados" en la esfera internacional.La tesis oficial de la Alianza sigue siendo la de acelerar el "pudrimiento de la fruta madura", combinando la presión sobre Belgrado con la extracción del máximo provecho al redespliegue de la IFOR (fuerza de protección comandada por la OTAN) en torno a Pale, la capital serbobosnia, para impedir que Radovan Karadzic asome la cabeza. Si comete ese error, se le detendrá, "siempre que la operación tenga garantías de éxito y no ponga en peligro la vida" de sus soldados. El mandato del Consejo Atlántico a las tropas no ha sido modificado: arrestarle si se tropiezan con él.

La Alianza alega -frente a quienes la acusan de inhibición- que el Tribunal de La Haya no le ha dirigido a ella, sino a los Gobiernos, la orden de captura, aunque los jueces hayan aludido a que, "si es necesario", también lo harán. Y recuerda que hace dos meses firmó un memorandum of understanding con el tribunal -algo así como un protocolo de intenciones- que revalidé el actual y prudente mandato de la IFOR en relación con los criminales de guerra.

Los responsables aliados no desconocen que todos los ojos se posan sobre la OTAN, por su capacidad para una compleja operación de captura, pero al mismo tiempo no obtienen el mandato de los Gobiernos. Por eso insisten en que en el actual marco, hacen todo lo que pueden contra los acusados: controlar el terreno para asfixiarles y proteger a los equipos que excavan las fosas comunes. "Tan importante como llevarles ante el tribunal es conseguir las pruebas irrefutables de sus delitos", indican.

Socios insatisfechos

Sin embargo, hay socios insatisfechos. Los dieciséis embajadores discutieron en un reciente Consejo Atlántico un informe militar sobre un posible cambio de mandato -en el sentido de endurecerlo para que cupiese una operación comando-, "pero se evidenció que no había consenso".O sea, que algunos tiran más del carro. Entre ellos estarían tanto el secretario general, Javier Solana, como la Administración norteamericana. El presidente Clinton mantiene dudas. "¿Y si sale mal?, es su pregunta obsesiva a cuatro meses de las elecciones, recordando el fracaso de Jimmy Carter cuando envió a Irán un comando para liberar a sus militares secuestrados. Pese á ello, Washington ha sondeado en los últimos días a París y Londres. Arribos han sido refractarios. Francia teme la repercusión en Rusia, contraria a una operación expresa de captura. El Reino Unido siempre ha sido escéptico sobre la paz en los Balcanes, le basta con contener el conflicto. Y siempre pende la duda de que el secuestro de Karadzic pudiera provocar una rebelión de sus numerosos seguidores, plasmada en acciones contra los soldados de IFOR: una nueva guerra.

De modo que, los unos por los otros, la casa sin barrer. En realidad "una operación comando no se discutiría en el Consejo Atlántico", indican fuentes de la casa. "Sólo podría ser lanzada por el presidente Clinton", quien la debería acordar "en total secreto" con, al menos, Francia y el Reino Unido, añade un alto diplomático. "Por razones de eficacia, sólo se conocería el día después", añade. Los acuerdos de Dayton, aunque no la imponen, darían suficiente cobertura legal a esa operación, que quedaría reforzada moralmente por la orden de captura dictada en La Haya.

De momento, no es ése el escenario predominante para la diplomacia internacional, aunque podría llegar a serlo. Y sigue en pie el acuerdo ratificado el miércoles en Londres por eI Grupo de Contacto (EE UU, Rusia, Francia, Alemania, Reino Unido e Italia): corresponde a "los Gobiernos de la región" la detención de los criminales. Una reiteración de la letra de Dayton para refrescar la memoria de Belgrado. Poco más.

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