Todas las sustancias adictivas activan el mismo circuito neuronal del cerebro
Obtenidas las primeras imágenes del cerebro de drogadictos en la fase de ansiedad
Tres equipos de neurólogos estadounidenses han obtenido las primeras imágenes del cerebro de adictos en la fase de ansiedad de búsqueda de droga. Los experimentos se han hecho en pacientes en recuperación de su adicción a la cocaína, pero los estudios parecen indicar que también las anfetaminas, la heroína, el alcohol o la nicotina activan el mismo circuito neuronal específico relacionado con el placer y localizado en una de las zonas profundas y antiguas del cerebro. El hallazgo confirma varios avances de la neurología realizados en este campo en los últimos tiempos.
Los investigadores han utilizado la técnica de escáner denominada tomografía por emisión de positrones (PET) para observar el cerebro de pacientes durante tratamientos contra la adicción a la cocaína. Los PET registran la actividad metabólica de áreas del cerebro en funcionamiento con una técnica inofensiva y gracias a ella se logran imágenes de áreas neuronales realizando diferentes funciones y tareas, como el aprendizaje o la memoria.Los informes de los tres grupos de investigación indican que cuando los adictos sienten la ansiedad de buscar la droga se observa un alto nivel de actividad en una franja de áreas cerebrales que va desde la amígdala y el cíngulo anterior hasta los lóbulos temporales.
Este denominado sistema mesolímbico de la dopamina muestra una actividad metabólica alta "cuando las personas están en un profundo estado de búsqueda de cocaína, sintiendo la urgencia de encontrarla y tomarla", explica Annarose Childress, de la Universidad de Pennsylvania. El mismo sistema mesolímbico parece funcionar normalmente para proporcionar al individuo una sensación de placer ante cualquier cosa que suponga una recompensa, como relaciones sexuales, chocolate o el placer de un trabajo bien hecho.
Las áreas cerebrales implicadas han surgido en los últimos años como puntos calientes de la investigación de la adicción. Los estudios celulares detallados han mostrado que la dosificación repetida de drogas adictivas provoca alteraciones químicas en la estructura misma de las neuronas del circuito del placer, cambios que hacen sentir a las células hambre de dopamina y disparan la búsqueda angustiosa de droga que inundará de nuevo el cerebro de dopamina. Estas alteraciones que actúan como motor de la ansiedad son maniobras de adaptación celular, como la reducción del tamaño de las neuronas implicadas y la disminución de su capacidad de recibir dopamina. "Encuentras los mismos cambios ante la cocaína, la heroína y el alcohol, aunque cada una de estas drogas afecte al sistema de la dopamina por distintas rutas neuronales", explica Nora Volkow, de la división de medicina nuclear del Laboratorio Nacional Brookhaven.
Los patrones de actividad cerebral detectados con PET representan alteraciones a nivel microscópico tan intensos que se parecen al tipo de cambios resultantes de una lesión cerebral, afirma Eric J. Nestler, de la Universidad de Yale.
En el estudio de Childress, los pacientes en tratamiento contra la adicción fueron observados con PET mientras eran expuestos a pistas que en el pasado les producían deseos de tomar droga, como vídeos en que se ven personas tomando cocaína o con utensilios relacionados con el consumo.
"El mayor riesgo de recaída pata un adicto a la cocaína es durante la semana tercera y cuarta después de dejarlo", dice Joseph C. Wu, de la Universidad de California en Irving, que también ha obtenido imágenes PET de adictos a esta droga. El cerebro de estas personas vuelve casi a la normalidad un año después de dejar la droga, aunque no completamente. "Si superas un año de abstinencia, has pasado los períodos de mayor vulnerabilidad", dice Wu. Los científicos no están de acuerdo todavía acerca de si las células implicadas en este circuito específico de la dopamina vuelven alguna vez a ser plenamente normales.
Copyright The New York Times
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