Turno de palabra
Cuando George Cables recaló en el Café Central por primera vez, le precedía su fama de acompañante de lujo y parecía prudente realzar su talento sobre una sección rítmica eficaz y disciplinada pero anónima. Años después, sus puntuales visitas le han convertido en un rostro tan familiar que ahora resulta más provechoso artísticamente escucharle cambiar impresiones musicales con el fenomenal contrabajista Javier Colina.En realidad, más que el diálogo paralelo y fluido privativo de los dúos que se conocen en profundidad, Cables y Colina protagonizan un cortés intercambio de turnos de palabra. Así sucedió al menos en la sesión a la que se refiere estas líneas (23 de agosto), planteada sobre una estructura hermética y monocolor: el contrabajista navarro acompañó ciñéndose a los patrones rítmicos, y el pianista subrayó los ágiles solos de su compañero con discretos acordes de apoyo. El entendimiento se fraguó sobre elementales reglas de urbanidad, y ya se sabe lo bien que le sienta al jazz la transgresión espontánea de ciertas normas.
George Cables y Javier Colina
George Cables (piano) y Javier Colina (contrabajo). Café Central. Madrid. Hasta el 2 de septiembre.
Pero la mesura se trocó casi en exageración cuando Cables pasó a primer plano. Dentro de una forma de hard bop enjaezada con complementos bien llamativos, se escuchó entonces a un solista algo farragoso y voraz, insaciable de teclas e impaciente por alinearlas en tropel y a la carrera, como si pretendiera comprimirlas en un puño de hierro, sin dejarlas respirar ni aposentar en significado. Nadie puede dudar a estas alturas de la notable categoría instrumental del neoyorquino pero, por momentos, dio la impresión de que el adorno mandaba sobre la idea y de que la rígida burocracia formal abortaba cualquier intento de protesta conceptual imaginativa. Tampoco el repertorio, cuajado de piezas archiconocidas (On green dolphin street, All the things you are y Over the rainbow, entre otras), ayudó a disipar el recuerdo de aquel músico que ayudó a escribir a Dexter Gordon, entre muchas otras figuras, páginas áureas del jazz reciente.
Babelia
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