Maravall
Hace ya 10 años, en estos días, que no está entre nosotros José Antonio Maravall. No deben olvidarse un nombre y un hombre al que Elliot llamó en las mismas páginas de EL PAíS "un gigante"; sobre él voy a aportar mi testimonio personal. Sólo lo traté en los 10 años últimos de su vida, pero después de llevar 27 como profesor universitario puedo decir que nada más que en personas como don José Antonio y algunas otras he visto siempre sensibilidad, consistencia ética, altura de miras y, por supuesto, una gran sabiduría.La vida sólo tiene sentido cuando se encuentra correspondencia cordial inteligente, y desde luego J. A. Maravall y algunos profesores más siempre la han prestado a los estudiantes a sus colegas; él además saco adelante una obra investigadora de envergadura en medio de la amenaza de la falta de salud: fue la tarea del héroe, que está guardada para los mejores-
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