Pekín reconstruirá sus antiguas murallas
Las murallas construidas por la dinastía Ming (1368-1644) para proteger a la capital del Imperio del Centro, Pekín, de las hordas invasoras y destruida en su mayor parte tras el triunfo de los comunistas en 1949, será reconstruida. El Ayuntamiento está decidido a poner fin a la fiebre constructora que dio al traste con la casi totalidad de la muralla, que no debe confundirse con la universalmente conocida Gran Muralla, para dejar paso a avenidas, plazas, mausoleos y rascacielos.Las autoridades han hecho un llamamiento a la población para que devuelva los viejos ladrillos, utilizados por muchos pequineses para arreglar sus casas o hacer armarios en las terrazas de sus diminutos pisos. "Me acuerdo de haber ayudado de niño a tirar la muralla. Ahora, de adulto, me complace unirme a otros para ayudar a reconstruirla", afirma Li Yancheng, miembro de la corporación de reconstrucción de monumentos históricos del Gobierno municipal de Pekín. "Esperamos restaurar alrededor de 115 metros de muralla este año".
Con 12 metros de altura y 16 metros. de anchura en algunos sitios, la muralla rodeaba toda la ciudad y algunos de sus paneles fueron construidos durante la dinastía mongola Yuan (1279-1368). Lo que sí permanece es la mayoría de las puertas de la muralla, con excepción de la puerta Zhonghua, en cuyo lugar se alza ahora el mausoleo del Gran Timonel, Mao Zedong.
Los dirigentes comunistas, empeñados en las grandes obras y en dar una imagen "moderna y revolucionaria" a la capital, no gustaban de oír comentarios adversos a su decisión de tirar una muralla considerada más un estorbo que una reliquia histórica. A pesar de ello, hubo un gran crítico contra la destrucción de este monumento. Fue Liang Sicheng, director en los años cincuenta y sesenta del Departamento de Construcción de la Universidad Politécnica de Qinghua (Pekín). La defensa de la muralla le valió la persecución de los guardias rojos durante la Gran Revolución Cultural (1966-1976).
Recientemente, la especulación inmobiliaria del corazón de Pekín ha llevado a la destrucción de varias casas que se habían construido en los años treinta a partir de la muralla, utilizándola como su pared trasera.
Funcionarios del Ayuntamiento pequinés aseguran que en la actualidad existe una mayor preocupación por preservar la historia de la capital, a la que responde la decisión de reconstruir la muralla, que ha tenido una gran respuesta ciudadana.
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