El Gobierno, en Bonn
LA CUMBRE hispano-alemana celebrada ayer en Bonn, primer encuentro con ese carácter desde la llegada de Aznar a La Moncloa, produjo más fulgores que resultados pese al impresionante despliegue ministerial: todo el Ejecutivo menos tres. El asunto principal sobre la mesa, más allá de los asuntos propios de cada uno de los ministros y varios secretarios de Estado presentes, era la entrada de España en el euro. Aznar parece dispuesto a todo por el euro. Donde va lo repite. Es su gran objetivo político, y está bien que así sea, aunque esta rotunda fe en el camino a la unión monetaria, a falta de los debates que se están dando en otros países europeos, aparezca como demasiado rígida.El momento era oportuno para intentar clarificar la postura de Kohl respecto á la plena incorporación de España en la moneda única en 1999 cuando algunos alemanes, como el presidente del Bundesbank, no sólo dudan de esta posibilidad, sino que no parecen desearla, sugiriendo que España, junto con Italia y Portugal, deben demorar su adhesión al euro. Pero Kohl no la ha clarificado. El peligro para España está no sólo en sus propios resultados económicos, sino también en su circunstancia mediterránea. En algunos sectores de la UE empieza a abrirse paso la tesis de que Italia, país fundador de la Comunidad Económica Europea, no puede quedarse prácticamente sola en 1998 fuera del euro. Italia se está poniendo las pilas para llegar a tiempo, y, si no llega a cumplir los criterios de Maastricht, al menos demostrar una tendencia positiva para asegurarse el aprobado político. Un fracaso italiano podría arrastrar también a España,pese a que Madrid, junto con Roma y Lisboa, cuenta con resortes institucionales para impedirlo.
Pero el euro no lo es todo. Bien está impulsar un "plan de acción estable" para acercar países y sociedades. Pero sabe a poco. En el ámbito de Justicia e Interior, Bonn y Madrid enfocan de manera similar lo que debe ser un decidido impulso a la lucha común contra el terrorismo y otras formas de delincuencia, aunque de momento sólo se ha plasmado en un acuerdo para intercambiar oficiales de enlace en sus fronteras exteriores, sur y este respectivamente. Más sustanciosa, pero no vinculante, resultó la resolución aprobada ayer mismo por el Parlamento Europeo instando a una coordinación de las políticas y las leyes en esta materia que, entre otras cosas, impida la concesión del asilo político en Estados miembros. a los ciudadanos de la UE.
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