El 'afeitado', clave de la huelga
Documentos reivindicativos, foros, frases lapidarias de la confederación de taurinos llamada CAPT -aquella de "Nosotros queremos la modernidad, ellos el parque jurásico", que dijo su portavoz de imagen, es antológica-, todo por menudo y en conjunto constituye una ceremonia de la confusión que pretende ocultar primero, legalizar después, el afeitado.No es cierto que las técnicas de detección del fraude sean malas, como pretende hacer creer la CAPT, que ha declarado en huelga la fiesta. Es la excusa que se ha buscado para que no se someta a análisis de astas ningún toro. De un lado, porque parte de las figuras los exigen manipulados; de otro, porque probablemente varias ganaderías tenían ya afeitados toros el pasado invierno, y si Interior radicalizara los análisis post mortem, recaerían sobre ellas multas e inhabilitaciones.
La orden ministerial que con amenaza de huelga logró la confederación que aprobara Interior en abril de 1996 propiciaba la impunidad en el fraude. La derogación de esa orden por el nuevo Gobierno el pasado diciembre la cogió por sorpresa. Y quizá se derivara de ahí la precipitación con que la CAPT -dominada por ciertos ganaderos- convocó la huelga; la desmesurada radicalización de su postura; la inusual cuantía de medios que está empleando para imponer sus pretensiones.
Babelia
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