El barón Lamfalussy se despide con una declaración contra el aplazamiento del euro y elogios a los países del Sur
El barón Alexandre Lamfalussy, en su última intervención ante la prensa como presidente del Instituto Monetario Europeo (IME), ayer en Francfort, se opuso de forma categórica a cualquier aplazamiento de la entrada en vigor de la Unión Económica y Monetaria Europea.En la misma conferencia de prensa en la que presentó el informe del instituto sobre 1996, Lamfalussy alabó los esfuerzos de los países del llamado Club Med (Italia, España y Portugal) en el camino de la estabilidad, pero también dijo que habrá que ser muy cuidadoso en la selección de los paises que formen de salida en la moneda única, para no poner en peligro su funcionamiento.
Según Lamfalussy, los mercados pueden equivocarse, pero la decisión sobre los países que pueden adherirse al euro en la primera fase debe coincidir con la opinión de los mejores analistas de los mercados.
Afirmó Lamfalussy que un aplazamiento del euro pondría en peligro todo el proceso y podría abocarlo a un fracaso, y sostuvo que él se opone con todas sus fuerzas a semejante hipótesis. Asegura el presidente del Instituto Monetario Europeo que "en esencia, ya tenemos la convergencia" y considera normal las preocupaciones, pero subraya que no se puede dar un paso atrás.
Destacó el barón las conquistas que permiten ver la unión como un objetivo realista en el plazo previsto: "Nadie habría pronosticado hace cinco años que la inflación estaría así. Es una sorpresa muy positiva, en especial en esos países [del sur de los Quince]".
A la pregunta sobre si llegarán a la unión monetaria desde el primer momento esos países, Lamfalussy respondió: "No me incumbe. Depende de los informes dentro de 11 meses y esto vale para todos los países. Se han realizados progresos considerables en esos tres países [Italia, España y Portugal]. Si son suficietes o no... hay que esperar. Lo mismo vale para los restantes países".
Sobre la aplicación de los requisitos -fijados en Maastricht para la adhesión al euro, Lamfalussy precisó que el tratado dice tres cosas: fija como valores de referencia el 3% del déficit público y el 60% de la deuda pública; se aceptan desviaciones, que son formuladas con mucho cuidado y se trata de lograr una perdurabilidad, una política presupuestaria de estabilidad duradera.
Lamfalussy reconoce la dificultad de aplicar la receta, pero afirma que hay que respetar el texto tanto como el espíritu del Tratado de Maastricht.
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