Los pelos de punta
Realmente, en este mundo que nos rodea y nos engulle, donde no hay lugar para el recogimiento y de continuo somos asaltados por la información -otras veces por la desinformación-, se encuentra uno con que siempre hay alguna noticia que, no por menos relevante, le pone todos y cada uno de los pelos de punta. El ministro de Trabajo, Javier Arenas, ha concedido a Francisco Buyo (portero del Real Madrid) la medalla de plata del mérito al trabajo.Inmediatamente me asaltan tres cuestiones. Primera: ¿a quién? La respuesta es simple: a un señor que a sus 40 años sigue trabajando (¡qué barbaridad!). A esas edades, yo, si sigo desempleado, nunca me haré acreedor de semejante agasajo. La segunda pregunta que uno se hace es la siguiente: ¿quién la concede? Se la concede el Ministerio de Trabajo, el que encabeza don Javier Arenas, señorito andaluz que hace tres o cuatro años salía fotografiado en todos los diarios. Por último, me pregunto: ¿y por qué le habrán concedido esa medalla? Pues porque así quieren premiar su trayectoria laboral, esos años de esfuerzo jugando al fútbol -no sé por qué, pero laboral y jugando no me pega ¡Ah!, claro, por eso no se la dieron nunca a mi abuelo, que se pasó toda la vida, no 10 o 15 años, toda su vida, descargando camiones de fruta en un mercado de abastos. Pobrecillo. Si hubiese jugado una docena de años al fútbol, por tropecientos millones, quizá la habría logrado, pero eso de pasar una vida descargando camiones no es mérito comparado con semejantes hazañas. En fin, como veo que a base de cuestiones -y cara a mi ardua lucha personal por lograr esa medalla- me estoy planteando un panorama absolutamente desolador, dejaré de hacerme preguntas. Pero, eso sí, decía la canción de aquel grupo tan, tan, vaya, la Polla Récords, que "las medallas son chapas de hojalata". Estoy por darles la razón; pero aun así, no sé yo si me convencen.- .
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