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El arte de la seda valenciana del XVIII llega a Madrid

Una versión de la exposición Arte de la seda en la Valencia del siglo XVIII, que se ha celebrado en Valencia, se presentó ayer en la sala de Bancaja en Madrid (paseo de la Castellana, 31, edificio Pirámide), donde permanecerá abierta hasta el 13 de julio. Una tabla de colores e instrumentos de medir inicia el montaje de la muestra, donde se funden la actividad de las manufacturas sederas con el arte de las flores como modelos para la decoración de las telas.Las obras proceden del Instituto de Valencia de Don Juan, Museo de Bellas Artes de Valencia, Patrimonio Nacional (Palacio Real y Monasterio de las Descalzas Reales), Real Jardín Botánico y colecciones privadas de Julio Guardiola, María Victoria Liceras y Federico Rubio.

En la muestra se combinan los dibujos de los pintores más significativos de la escuela valenciana del siglo XVIII, como Benito Espinós, Miguel Parra y José María Romá, junto a otros diseños que se conservan en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, y los modelos en vestidos, mantones y decoración relacionados con la industria de la seda.

Los dibujos y modelos reflejan el tiempo de esplendor de la sedería valenciana, en el siglo XVIII, donde ya en 1724 existían 2.500 telares en la región y llegaron a 5.000 en el año 1787, con el impulso dado por reales órdenes para favorecer a las fábricas valencianas frente a la competencia de las extranjeras, sobre todo el centro de Lyon. Junto con el proceso industrial se realizó la formación de los diseñadores textiles para crear modelos originales, con la creación en 1778 de la sala de Flores, Ornatos y otros diseños adecuados para tejidos, dentro de la Real Academia de San Carlos. Seis años más tarde esta sala se convirtió en la Escuela de Flores y Ornatos, bajo la dirección del maestro de flores Benito Espinós (1748-1818).

Este núcleo de pintores de flores desarrolló su actividad hasta los comienzos del siglo XIX. En la exposición aparecen diversos dibujos para ser utilizados en los talleres de tejido. Los pintores y modelistas partían del estudio del natural y su repertorio de modelos florales era muy amplio, tras un conocimiento minucioso de las distintas especies, como figuran en los tratados botánicos de los investigadores ilustrados. Otro aspecto del montaje es el lugar de la tintorería en la industria sedera, su proceso para fijar el colorante en el soporte textil, los diferentes colorantes de tinte mayor y menor y las materias tintóreas.

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