Aznar y Pujol abordarán hoy el futuro de la colaboración entre CiU y el Gobierno

El jefe del Gobierno, José María Aznar, y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, abordarán en su encuentro de hoy en La Moncloa el futuro de su colaboración tras la aprobación de los Presupuestos para 1998, que CiU ha garantizado al Ejecutivo. Los dos se harán la foto que el Gobierno necesita para afianzar su estabilidad y que hace 15 días el portavoz de CiU, Joaquim Molins, negó al ministro de Economía, Rodrigo Rato. Pero el futuro de la relación entre el Gobierno y CIU será la clave del encuentro.

Los Presupuestos para 1998 son casi agua pasada en está reunión que hoy protagonizan Aznar y Pujol, la cuarta que celebran en lo que va de año. La anterior fue el pasado 16 de mayo. Existe ya un acuerdo básico en materia de financiación sanitaria, la principal reclamación de CiU ante los Presupuestos de 1998. Antes de fin de mes, el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) repartirá las cifras por comunidades autónomas, pero ya existe un compromiso previo. Sólo quedan algunos flecos en materia de infraestructuras. Del pacto de gobernabilidad -aunque prácticamente agotado- aún colean asuntos como la reforma de la Ley del Suelo. Por ello, fuentes de La Moncloa aseguraban ayer que "la reunión servirá para mostrar que la estabilidad está garantizada".De hecho, Aznar ofreció a Pujol la celebración de esta reunión a comienzos de septiembre, en las mismas fechas en que mantuvo su encuentro con el presidente del PNV, Xabier Arzalluz. Pero el presidente de la Generalitat la declinó a la espera de que avanzara la negociación presupuestaria.

Pujol acude a la entrevista con la sensación de que las relaciones entre PP y CiU han llega do a un "fin de etapa", que "no de carrera", y que es necesario empezar a estudiar sobre qué bases se asienta la colaboración entre ambos después de la aprobación de los Presupuestos para 1998 y la entrada de España en la moneda única, señalan fuentes de la dirección de CiU. El secretario general de Convergencia Democrática de Catalunya, Pere Esteve, reconoció ayer que la reunión servirá para "definir el marco político del 98".

Entre los dirigentes de CiU hay partidarios de renegociar el pacto, con nuevos contenidos, para garantizar el apoyo a la gobernabilidad después de Maastricht. Otros consideran que no hace falta renegociar el pacto, sino alcanzar unas relaciones de confianza y colaboración. Los hay, en fin, que desean precipitar la ruptura con el PP o al menos lanzarle un aviso de que las cosas no pueden seguir como hasta ahora. Pere Esteve se definió ayer por una colaboración con el Gobierno basada en la "continuidad y la eficacia".

Ello requeriría que CiU buscara en el Parlament otros apoyos distintos a los del PP para poder seguir gobernando en minoría y sin depender de los conservadores. Y si eso no es posible convocar elecciones anticipadas en Cataluña. Los ojos se dirigen a Esquerra Republicana (9 diputados) como aliado natural de CiU. Pero es Pujol quien tiene, como siempre, la última palabra, y el presidente catalán no parece estar interesado en tomar decisiones para 1998 hasta haber cerrado lo que le preocupa ahora: el debate presupuestario.

Mantener la legislaturaAznar parece interesado en mantener la legislatura el mayor tiempo posible. Se ha afincado en la posición de evitar alteraciones de su equipo y del calendario, en un momento en el que la economía marcha bien a su juicio. Por ello insistían ayer fuentes de La Moncloa en que "no se va a escatimar el reconocimiento de la colaboración de los nacionalistas en la estabilidad política y económica de España".Nacionalistas catalanes consultados por este diario se mostraron partidarios de que hoy Pujol "hable claro" a Aznar y "coja el toro por los cuernos", una vez se ha demostrado que ya que amor no ha habido nunca funcione al menos una relación de conveniencia con lealtad entre el Gobierno y CiU. Dirigentes de CiU no quieren que dentro de 12 meses se repita lo sucedido ahora con la negociación presupuestaria, cerrada de mala manera y en el último momento, con un deterioro de la imagen de CiU. Claro que algo parecido ocurrió en 1996 y lo mismo se dijo al acabar las negociaciones presupuestarias de hace un año.