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Robert Lepage afirma que la tecnología moderna sirve "para ver a Shakespeare por rayos X"

Uno de los grandes renovadores del teatro presenta 'Elsinor' y "Las agujas y el opio"

El director Robert Lepage, a sus 40 años, ha logrado ser admirado internacionalmente por su manera de incorporar las nuevas tecnologías al teatro. Ahora trae a España dos de sus tres monólogos. Ambos se estrenarán el día 24. Elsinor, un personal viaje al mundo interior de HamIet, llegará al Teatro Albéniz, de Madrid, dentro del Festival de Otoño. Las agujas y el opio, una historia de dependencias amorosas, se presentará en Girona. El director afirma que a tecnología moderna sirve "para ver a Shakespeare igual que si se le mirara a través de rayos X".

Elsinor estará interpretado por Peter Darling, actor muy conocido en Inglaterra. Las agujas y el opio, que ayer se estrenó en Roma, está interpretada tanto en la versión italiana como en la española por el actor argentino Nestor Saied quien tras su presentación en Girona llevará a Barcelona este montaje, aunque no se conocen fechas ni teatro."Elsinor es como un ensayo, es una recreación sobre la soledad de un hombre, de hecho este espectáculo no habla de otros aspectos de Hamlet", dice Lepage de su viaje por el mundo interior del personaje shakespeareanpo que, en un principio, protagonizó él: "Es imposible hacer un buen trabajo de actor, de escenógrafo, de director... Terminas sufriendo sobre el escenario porque falla cualquier cosa, fue por eso por lo que le pedí a Darling que se incorporara, además era necesario un gran actor, que además es bailarín y conocedor de la lengua shakespeareana", sostiene este hombre que sueña en francés, en color, pero piensa en inglés y ha revolucionado el teatro a través de una personal utilización de las nuevas tecnologías.

Debilidad

Lepage tiene claro que para sus espectáculos quiere un lenguaje en el que intervengan todos los medios de los que disponen las sociedades avanzadas. Medios que también incorporará a sus próximos proyectos: un montaje basado en la vida del arquitecto norteamericano, Frank Lloyd Wright; una ópera, La condenación de Fausto, de Berlioz, y una Celestina, para el Dramaten de Ingmar Bergman, en Estocolmo, en el que el papel de la vieja alcahueta será interpretado por Anita Björk, una de las actrices preferidas del director sueco.Su debilidad por Shakespeare es patente. Transitó antes por Macbeth, Coriolano, La tempestad, El sueño de una noche de verano. Ahora llega a Madrid su personal visión de Hamlet. Todo un viaje introspectivo. "Es el intento de realizar un encefalograma al príncipe de Dinamarca", dice el director quien sólo abordó Hamlet tras la muerte de su padre: "Cuando murió mi padre toda mi estructura familiar se tambaleó y me sentí un Hamlet", comenta este hombre que constantemente viaja por todo el mundo desde hace 13 años.

"Todo director de escena debe formarse, y para ello Shakespeare es imprescindible, para comprender la poesía de la escena, de la interpretación, de la máquina que es el teatro, y para ello el autor inglés es perfecto, más aún en estos tiempos de cine, televisión, multimedias y ciberespacios, territorios en los que el lenguaje shakespeareano, no pierde su fuerza", dice el director de la versión teatral y cinematográfica de El polígrafo, su segunda película tras El confesionario, premiada en el Festival de Cannes en 1995 y en el Festival de Toronto en 1996.

LLamó Elsinor (nombre del castillo donde transcurre la obra) a su personal Hamlet, porque la lectura que ha hecho se remite a los mundos cerrados y mentales del personaje universal. "Es una obra en la que todo pasa dentro de unos muros, y en Elsinor he centrado al actor en lo que pasa por las cabezas de los personajes, todos ellos interpretados por Darling", dice Lepage, que se ha recreado en aspectos expresionistas de cada uno de los protagonistas de la obra.

En el montaje de Lepage, Elsinor es una máquina claustrofóbica e inquietante, que baila con el actor, una estructura que se mueve de todas las maneras posibles, dentro de la cual se encuentra encerrado el personaje. "Gracias a ella, y a la tecnología en la que está inmersa, se pueden mostrar hechos que en un Hamlet tradicional no se ven sobre el escenario". "La tecnología moderna puede servir para ver a Shakespeare a través de rayos-X, hay personas que llegan a entender cosas que antes no habían visto en Shakespeare", afirma este director que se hizo popular en su país trabajando en solitario como actor en la Liga Nacional de Improvisación, cuyos concursos se televisiban.

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