China quiere que la ley impere por encima del dictado del partido
En China, donde la velocidad del crecimiento económico, del 10% en los últimos cinco años, no tiene igual y donde se han presenciado cambios drásticos, sobre todo en la forma de pensar de sus 1.224 millones de habitantes, como resultado de la política de reforma y apertura, en el terreno político las cosas también se empiezan a mover. En medio de una intensa campaña de imagen dirigida a catapultar al presidente Jiang Zemin, en vísperas de su importante viaje oficial a Estados Unidos el próximo día 28, se habla de una nueva forma de gobernar basada en la autoridad de la ley por encima del Partido Comunista Chino (PCCh) y de sus dirigentes.
Pero el mérito de ello no se atribuye a su verdadero impulsor, Qiao Shi, el hombre que quedó fuera del poder hace un mes y que dejará la presidencia del Parlamento cuando se convoque en marzo de 1998.Un editorial del Diario del Pueblo, afín al partido, citaba estos días a Jiang al anunciar un mayor poder del órgano legislativo, gradualmente, de aquí al año 2010, ignorando a Qiao, presidente de la Asamblea Nacional Popular (ANP), quien ha luchado en la sombra durante años para dar más poderes a los legisladores, de forma que pueda funcionar en China una economía de mercado socialista y una democracia socialista moderna gobernada por la ley.
Qiao, de 73 años y opuesto a Jiang, ha pasado de ocupar el tercer puesto en la jerarquía del poder a quedar fuera del Comité Permanente del Politburó y del Comité Central durante el XV Congreso del PCCh, celebrado el pasado septiembre.
La idea de rejuvenecer los mandos le resultó a Jiang de lo más oportuna para quitarse del medio a sus dos máximos enemigos, el general Liu Huaqing y Qiao, ambos septuagenarios. Éste renunciará a la presidencia del Legislativo en marzo próximo para dar paso al primer ministro, Li Peng, quien por ley deberá ceder su cargo actual al haber cumplido dos mandatos. Pero como Li Peng no parece inclinado a impulsar reformas en la Asamblea, Qiao, quien goza de un enorme poder entre los diputados, se ha propuesto apurar el tiempo que le queda para dejar sentada la base de un "Estado de derecho con características chinas", en el que el poder de la ley impida regresar al autoritarismo del pasado. Para ello, pretende reforzar los poderes de supervisión de los parlamentarios sobre los de los líderes del Parlamento y del Gobierno.
Qiao, representante del ala moderada del PCCh, se ha mostrado ansioso por crear instituciones que aceleren la sustitución del culto a la personalidad por el culto a la ley. Él y su discípulo, el vicepresidente de la ANP, Tian Jiyun, han organizado equipos para la elaboración de dichos mecanismos y se habla de "autocontrol" en la Asamblea para que los dirigentes veteranos sean también objeto de escrutinio, ya que en informes recientes figuran algunos parlamentarios locales inculpados en delitos de corrupción. Qiao quiere que los legisladores revisen además las políticas del Gobierno antes de su puesta en práctica y pretende que, aunque el presidente y Li Peng logren colocar a sus protegidos en la ANP, sean sujetos a examen por los hombres del aún presidente de ese órgano.
Respeto a la ley
Jiang Zemin mencionó durante el congreso, en su programa de gobierno, la necesidad de dirigir el país conforme a la ley, palabras que quedaron minimizadas frente al titánico programa de reforma de las 370.000 empresas estatales, utilizando nuevas fórmulas de propiedad. Es ahora, un mes después, cuando se habla de la "autoridad de la ley". El editorial del Diario del Pueblo era una llamada a la población a acostumbrarse al término y explicaba en qué consiste gobernar según un cuerpo legislativo establecido, algo hasta ahora prácticamente desconocido, en favor de la "ley de la selva" o corrupción generalizada entre los funcionarios y la población, debido a la falta de leyes adecuadas a la nueva situación.El periódico señalaba que se debe proteger la dignidad de la Constitución y de la ley, que todos los ciudadanos son iguales ante ella y que nadie, ni siquiera el Gobierno, puede violarla. Jiang mencionó en su discurso la separación de poderes, lo que equivale a diferenciar entre ley pública y ley privada.
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