Alta intensidad en Asturias
Ha sido una semana asturiana altamente intensa. Aparte de la sesión de premios del Campoamor, de la que han sido ampliamente informados, tengan ustedes en cuenta algo realmente punzante, y es que, siendo esta tierra la patria chica y el patrimonio electoral del vicepresidente primero Francisco Álvarez Cascos, frecuente es encontrarle cada tres por dos poniendo discursos, pronunciando piedras o lucubrando autopistas, en una incesante ebullición cultural que salpica la vida cotidiana de incesantes peripecias dignas de ser tenidas en cuenta.,Por ejemplo" la otra noche: teatro Campoamor, última representación de Carmen, dentro del 35º Festival de ópera de Oviedo. Servidora, ilusionada porque, además de la obra de Bizet en sí, iba a disfrutar de la entrega del Premio Camerino 22 a José Manzaneda, antiguo barítono y actual director de escena del teatro de la Zarzuela. Este premio lo otorga el magnífico coro de la Asociación de Amigos de la ópera, que dirige Luis García Santana,. a aquellas personalidades que más lo hayan apoyado, y tiene la particularidad de entregarse entre dos actos de ópera mediante una ceremonia sencilla y cálida que tiene lugar justo en el camerino número 22, el que usa el coro.
Ello es que hallábame excitada y, por suerte, vestida con la elegancia que el Campoamor requiere cuando, en el vestíbulo del divino teatro, resonaron ecos y seguidamente voces: "¡Vienen Paco y Gemma! ¡Vienen Paco y Gemma!". Presa de profundo pavor, miré a mi alrededor, con esa mirada de lince acorralado, tipo guerra del Líbano, en busca de refugio o de trinchera. Vi que la cosa estaba cruda, pues un cercano crujir de fotógrafos anunciaba la inminente aparición de la pareja: pensé en cubrirme la' cabeza con la gabardina de soirée, pero ya era tarde. Los tenía a un tiro de primera piedra. Así que corrí. Más que correr, galopé hacia el palco que se me había asignado.
Y hete aquí que, castigo del cielo, mi palco se encontraba contiguo al suyo. Por suerte, entre ellos y yo se hallaban, aparte del alcalde de la ciudad, Gabino de Lorenzo, la actriz Cayetana Guillén Cuervo y el director de cine José Luis Garci, también medio asturiano él y últimamente muy ocupado rodando aquí El abuelo con Cayetana (la serie El abuelo, de Pérez Galdós, que dirige para la televisión pública). 0 sea que, como de costumbre, la farándula me salvó. Con todo, me pasé toda la función -que resultó muy estimable- tan rígida y cortada que ni siquiera volví el rostro para apreciar el atuendo de la señora de Cascos -y ahora no puedo contarles de qué iban los pingos- por miedo a quedarme convertida en estatua de sal como la mujer de Goliat. ¿0 era la de David?La representación fue ofrecida como homenaje a la. memoria de Pilar Miró -ella dirigió otra Carmen, como recordarán-, de quien los Amigos de la Ópera de Oviedo recibieron siempre apoyo y amistad. Pilar deja también un rastro de su impresionante personalidad en Mieres, en cuyo pozo Barredo grabó un capítulo de la serie Autor por- autor con Víctor Manuel como protagonista.Durante estos días, Asturias ha vivido además, como quien no quiere, una especie de aquelarre de primeras damas. Por una parte, estuvo aquí una ex, Estela Martínez de Perón de la Argentina de la Triple A, que realizó una visita relámpago a Oviedo -según informó Tino Pertierra en La Nueva España- para operarse de cataratas en la clínica oftalmológica de los eminentes Fernández-Vega. A Pertierra, que es un periodista muy agudo, le envidio su calificación de la ministra de Cultura como "Aguirre o la cólera de Dior". No me digan que no mola. Pero, volviendo a las primeras damas, debo informarles de que la nuestra -aunque en realidad es segunda dama, siempre después de la Reina-, Ana Botella,visitó, cómo no, el santuario de Covadonga para ofrecerle a la Santina, junto con el padre Ángel García, el Premio de la Paz y la Solidaridad que ha recibido la asociación Edad Dorada de Mensajeros de la Paz, que dirige el mencionado padre.
Bien puede decirse que así, entre coincidencias ministeriales en la ópera, operaciones oftalmológicas, ofrendas a la Virgen e inauguraciones de obras públicas, he visto transcurrir una semana tan vibrante que la propia Regenta habría de envidiármela. Y he sobrevivido gracias a los amigos de aquí. ¿Qué más se puede pedir?
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