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Tribuna
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Se echó de menos a Vieri

Desorden. El Atlético comenzó teniendo dificultades para iniciar el juego desde atrás. Perdió algunos balones en zonas de riesgo, lo que le provocó un gran desorden. Algunos jugadores, como Caminero, no encontraron el sitio y su participación fue escasa. Vizcaíno trabaja a destajo, pero desaparece cuando su equipo tiene el balón.Actitud ambiciosa. El Espanyol salió al campo con la idea de no ceder terreno y comenzó presionando muy arriba. Esta actitud ambiciosa sorprendió al Atlético y le dio la iniciativa. Consiguió robar muchos balones cerca del área contraria y, muy pronto, convertirlos en ocasiones de peligro. Cuando se vio obligado a ceder terreno, en los últimos minutos de la primera mitad, sacó a relucir su capacidad para defender.

Mejor suerte. La segunda parte comenzó para el Atlético con los mismos obstáculos que tuvo en la primera. Fue ganando espacio en el campo y presencia en el área a medida que se acercaba el final. Tuvo ocasiones. Kiko se mereció mejor suerte. Entre tanto barullo los rojiblancos echaron en falta la inspiración goleadora de Vieri.

Problemas. En el segundo tiempo, el Espanyol comenzó a tener problemas. Sus líneas se separaron; la presión se debilitó; no robaba balones, y el rival le hizo defender más cerca de su área. La disciplina, la entrega, el acierto de Toni y la suerte hicieron posible que el equipo catalán no encajara ningún gol. Cuando el partido estaba acabado, una falta ejecutada magistralmente por Galca, provocó un resultado excesivo.

Nunca juntos. Las opciones del Atlético llegaron de la calidad de Juninho en la primera mitad y de Kiko en la segunda. Nunca estuvieron juntos. Lardín fue la otra alternativa ofensiva, pero falló en el último pase, empeñado en realizarlo siempre por el sitio más difícil. Bogdanovic tuvo destellos.

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