El misterio del mosaico

El mosaico de la Casa de Hippolytus es la joya del hallazgo de Alcalá. Los expertos lo están restaurando para que recupere su antiguo explendor.

Los primeros mosaicos de los que se tiene conocimiento surgieron en torno al año 2.500 antes de Cristo en Ur (Sumeria). Se sabe que los egipcios también utilizaron esta técnica. Pero fueron los romanos los que elevaron este arte a sus mayores cotas. En la ciudad de Herculano se halló uno de los mejores ejemplos: La batalla de Issos entre macedónicos y persas. En esta obra trabajaron varios maestros durante años.

Los mosaicos, en época romana, se realizaban de la siguiente manera, según el historiador José Vicente Luna Llopis: primero, un pintor realizaba el diseño, dándole toques de color. Luego presentaba el boceto al cliente. Si éste daba su visto bueno, el pintor reunía un equipo de ayudantes. A continuación buscaban materiales (teselas) para llevar a cabo los trabajos. Los colores más raros eran importados.

A carboncillo

El siguiente paso era escoger los materiales de agarre: cal y arena, principalmente. Con ellos se elaboraba un mortero que serviría de base. Posteriormente, el pintor dibujaba a carboncillo sobre el mortero. El llamado musaerius, su ayudante más directo, perforaba la base para poder colocar las teselas. Acabado el trabajo, el teselario ponía, una a una, las piezas. Luego las golpeaba con una tabla para nivelarlas. El mosaico estaba acabado.Varias cuestiones sobre este arte nunca han sido resueltas. Los expertos se preguntan: ¿por qué los mosaicos, a pesar de su extraordinaria belleza y calidad, siempre se fijaban sobre el suelo? Y, sobre todo, ¿a qué se debe que en los palacios o residencias de los emperadores no se hayan encontrado la cantidad de mosaicos que se presupone que debían tener, y sí han aparecido, en cambio, en las casas rurales? Los especialistas se preguntan: ¿pudo tener otro significado que el que le damos de simple decoración?