Paramilitares de Colombia sacan de su casa y acribillan a 15 campesinos

Al menos 15 campesinos fueron asesinados ayer por un grupo de supuestos paramilitares en una espeluznante operación que tuvo lugar a unos 80 kilómetros de Bogotá. Las víctimas, cuatro de ellas mujeres, fueron obligadas a salir de sus viviendas, uno por uno, y acribilladas en la calle. Ocurrió en un pueblo del departamento de Cundinamarca, en un nuevo acto de la violencia que atenaza a Colombia y que cada vez más, se acerca a la capital. "El jefe de las Fuerzas Armadas ha ordenado el envío de las tropas a la zona. Como ministro, yo condeno este acto. Esta ola de derramamiento de sangre no puede continuar, el país entero debe rechazarlo", declaró el ministro de Defensa, Gilberto Echeverri, durante un acto oficial celebrado en Barranquilla.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más antigua y poderosa del país, tiene una gran presencia en la zona de la matanza. Fuerzas paramilitares de extrema derecha atentan frecuentemente contra los civiles de los que sospecha su apoyo a los rebeldes.

La policía de Cundinamarca dijo que la matanza se registro en una zona rural conocida como La Horqueta, situada entre las localidades de Tocaima y Viotá.

Un informe inicial precisa que hacia el mediodía local, hacia las siete y media de la tarde (hora peninsular española), fueron hallados los primeros diez cadáveres, correspondientes a ocho hombres y a dos mujeres. Junto a los 10 cuerpos se encontró un cadáver más, esta vez de un hombre vestido con uniforme militar. Por último, las autoridades hallaron cinco cuerpos más sin vida.

Una mujer y una niña que resultaron heridas fueron trasladadas desde La Horqueta a un hospital cercano. Al parecer, según los relatos de algunos vecinos del lugar de la matanza, cinco de las víctimas fueron maniatadas.

El comandante de la XIII Brigada del Ejército, el general Euclides Sánchez, indicó que hacia la zona de la matanza fueron enviadas, tropas militares y refuerzos policiales en helicópteros con armas pesadas para tratar de dar captura a los criminales.

Se trata de la mayor matanza de civiles desde que un escuadrón de la muerte asesinara a más de 30 personas en la provincia oriental de Meta, el pasado mes de julio.