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Los matrimonios de reclusos podrán convivir en sus celdas de Aranjuez con hijos pequeños

Las obras de la novena cárcel de Madrid, la de Aranjuez, están prácticamente terminadas. Sólo quedan algunos retoques: construir el acceso por carretera e incluir el mobiliario. La constructora la entregará, previsiblemente el próximo julio, a la Dirección General de Asuntos Penitenciarios. Será una prisión muy singular y única en España, pues dispondrá de un módulo destinado a matrimonios presos y con condenas firmes. En concreto, contará con 72 celdas familiares, dotadas con camas de matrimonio, sala de estar y bañera y cuna para los niños.

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El funcionamiento efectivo de la prisión de Aranjuez será progresivo y producirá un efecto largamente deseado: la desaparición de Carabanchel, cuya demolición será una realidad en 1999.La entrada en funcionamiento de Aranjuez y el derribo de Carabanchel forman parte de los últimos pasos previstos en el plan de amortización y creación de nuevas cárceles. Este plan fue ideado en 1991 por la Dirección General de Asuntos Penitenciarios para tirar abajo las viejas prisiones españolas (entre ellas, Carabanchel) y, con la venta al mejor postor de sus solares, financiar la creación de otras nuevas. Dentro de ese plan, en lo que se refiere a la Comunidad de Madrid, se enmarcan las nuevas prisiones de Navalcarnero, Valdemoro y Soto del Real (todas ellas, con apenas un lustro de antigüedad), y ahora, Aranjuez.

La cárcel de Aranjuez, cuyas obras han costado 6.700 millones de pesetas y ocupan una extensión de 82.000 metros cuadros en una zona de Madrid limítrofe con Toledo, tendrá una peculiaridad inédita en las cárceles españolas: uno de sus 14 módulos (distribuidos en siete edificios) será ocupado por parejas casadas privadas de libertad. Cada celda familiar tendrá una extensión de entre 14 y

16 metros cuadrados. Y dispondrá de una pequeña sala de estar, aseo, inodoro y una bañera para que ese matrimonio pueda cuidar, en su caso, de un hijo menor de tres años de edad, según indicó a este periódico Rafael Samalea, técnico de la sociedad estatal -SIEP- encargada de la construcción de este centro penitenciario. El centro facilitará las cunas. Los hijos mayores quedarían, como en la actualidad, bajo tutela de un familiar o de una institución.

Con esta medida se pretende fomentar el arraigo y la convivencia familiar, y evitar, como ocurre ahora entre la población reclusa, la dispersión de familias penadas. Las parejas de este módulo, junto con sus hijos, harán vida separada del resto de los reclusos.

Aranjuez tendrá en total 1.008 celdas, cada una con unos 10 metros cuadrados. En principio serán celdas individuales, si bien se van a acoplar literas para que cada habitación pueda acoger hasta dos internos. Podrá albergar así hasta 2.000 presos. Cada celda dispondrá de inodoro, lavabo y ducha. Como el resto de las cárceles españolas, Aranjuez contará con zonas destinadas a talleres, ocio y cultura. La enfermería estará dotada con 60 camas, en habitaciones individuales, y otras con hasta cuatro camas para los enfermos de larga duración que prefieran estar acompañados.

Las obras de la cárcel de Aranjuez se iniciaron en mayo de 1996, aunque la primera piedra fue colocada en febrero. Los problemas geotécnicos hallados inicialmente se solventaron rápido. La encargada de construir este centro ha sido la SIEP, un organismo estatal dependiente hoy de los ministerios de Economía e Interior, cuyo cometido es levantar las nuevas cárceles y vender las viejas.

La cárcel de Aranjuez acogerá a gran parte de los presos de Carabanchel cuando ésta sea pasto de la piqueta. Otros presos serán trasladados a las cárceles más desahogadas. El previsto derribo de Carabanchel acabará con muchos años de hacinamiento entre sus rejas. La semana pasada, por ejemplo, cobijaba 2.005 internos, casi el doble de su capacidad.

Las otras prisiones, dotadas con literas en su mayoría, también tienen un importante nivel de ocupación, aunque ahora más mitigado que a comienzos de los años noventa. La prisión de mujeres de Carabanchel tenía la pasada semana casi 700 internas; la de Valdemoro, 915; la de Navalcarnero, 966; la de Soto del Real, 1. 142; la de jóvenes de Alcalá Meco, 417, y el Centro de Inserción Social Victoria Kemp, 281. En total, según datos facilitados por Asuntos Penitenciarios, la población reclusa madrileña (la segunda en número de España, tras Andalucía) se elevaba la- semana pasada a 6.947 presos.

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