Milosevic intenta parar el avance electoral de la extrema derecha
ENVIADO ESPECIALLos medios electrónicos de información controlados por el Gobierno serbio han machacado hasta el último momento al dirigente fascista Vojislav Seselj, señalando así el enemigo a batir en las elecciones presidenciales de este domingo, repetición de las anuladas a comienzos de octubre por participación insuficiente. Pese a que Serbia carece de presidente desde julio, cuando Slobodan Milosevic, a quien la Constitución le vedaba un tercer mandato, se hizo elegir presidente federal de Yugoslavia (Serbia y Montenegro), la atmósfera que rodea los comicios sugiere, según los expertos, que podría repetirse el abstencionismo.
"A Milosevic, empeñado ahora en traspasar a su nuevo cargo los poderes que tenía como presidente de Serbia, no le importaría nada que no se elija a su sucesor, ganaría al menos un año", señala Predrag Simic, del Instituto de Estudios Internacionales de Belgrado.
En un país gobernado desde hace 10 años por una familia, la compuesta por Milosevic y su mujer, Mirjana, los sondeos de opinión no suelen ser relevantes. Los dos últimos sobre los comicios del 7 de diciembre, divulgados el mes pasado, arrojan resultados muy dispares para los tres candidatos. A Seselj, líder del ultranacionalista y en auge Partido Radical y candidato más votado en octubre, se le atribuyen entre un 25% y un 34%. Al ministro de Exteriores, Milan Milutinovic, el testaferro de Milosevic en la carrera, uno de los sondeos le otorga un 14% y el otro un 34%. El tercer aspirante, el nacionalista decimonónico Vuk Draskovic, obtendría entre un 12% y un 16%. A Draskovic no parece impresionarle su aparente poco crédito. El antiguo codirigente de la coalición opositora Unidos, que ha gastado en propaganda mucho más dinero del que se suponía podía manejar su Movimiento Serbio de Renovación, decía en el acto final de campaña que cuando sea presidente sus tres primeras tareas serán la reducción del número de pobres, la eliminación de la delincuencia y la devolución a Serbia de su reputación en el mundo".
Ausencia de la OSCE
Poco más de siete millones de votantes participarán en unos comicios que esta vez no serán fiscalizados sobre el terreno por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Felipe González declinó el ofrecimiento del foro europeo tras su experiencia en Belgrado el pasado diciembre, cuando medió entre Milosevic y la oposición triunfadora en los comicios locales, a la que el entonces presidente serbio desposeyó fraudulentamente de su victoria."Sea cual fuere el desenlace, Milosevic no perderá cartas importantes en estas elecciones", vaticina Simic. "Nada sustancial cambiará, incluso en el peor de los casos para él, una victoria de Vojislav Seselj..." Si fuera así, opina el profesor de políticas, Milosevic agitaría el amenazador fantasma ante occidente, "como Yeltsin lo ha hecho con Zhirinovsky".
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