A tumba abierta
El holandés Ton Koopman se halla inmerso en pleno proceso de grabación de la integral de las cantatas -sacras y profanas- de Johann Sebastian Bach. La magnitud del empeño, cuyos primeros frutos están suscitando un interesantísimo debate entre los especialistas, no lo han apartado, por fortuna, de su carrera como instrumentista. Virtuoso excepcional al clave y al órgano, Koopman es uno de esos intérpretes ante los que se tiene la certeza de que nada será igual que la última vez que lo escuchamos. Ni siquiera él mismo debe saber antes de un recital cómo saldrá la música de sus dedos, que parecen guiados por una suerte de frenesí poco amigo. de la previsión. Sobrado de recursos técnicos, Koopman se deja arrastrar a tumba abierta por pendientes que no se sabe adónde conducirán. Y su maestría para sortear baches, curvas o caminos cortados no cesa nunca de asombrarnos.Encuadrado en el ciclo Los siglos de oro, el recital se ajustó a los dos requisitos impuestos por sus organizadores: tuvo lugar en un marco histórico idóneo -aunque el órgano de la Encarnación no estuvo a la altura del instrumentista- e incluyó únicamente piezas de autores españoles o, como el caso de Domenico Scarlatti, plenamente españolizados. Los mejores momentos de Koopman se produjeron en las obras que apelan más a la fantasía del intérprete y que exigen un dominio especial de la compleja retórica barroca (como las glosas de Correa y Bruna o el tiento de medio registro de Ximénez), en aquellas en las que debe dominar el fraseo melódico (la luminosa Corriente italiana de Cabanilles) o las que requieren una especial agilidad y claridad de pulsación (Scarlatti). Fue, sin embargo, en la muy discutible lectura de la famosa Batalla imperial, de Cabanilles, donde tuvimos ocasión de comprobar hasta qué punto es capaz de arriesgar Koopman. Con un tempo imposible, el organista buscó a trompicones onomatopeyas sonoras que reflejaran el fragor de la batalla: a fin de cuentas, debe pensar, una lucha cuerpo a cuerpo en el siglo XVII no puede ser otra cosa que confusión y desorden.
Ton Koopman
Ton Koopman (órgano). Obras de Correa de Arauxo, Cabanilles, Aguilera de Heredia, Ximénez, Bruna y Searlatti. Real Monasterio de la Encarnación. Madrid, 16 de diciembre.
Lástima que un intérprete tan poco convencional no lograra llenar el exiguo aforo de la Encarnación. Ton Koopman atraviesa una gloriosa madurez que no le ha hecho perder una sola de sus principales señas de identidad. Y la mejor música española raras veces la oímos servida en manos de intérpretes de su talla.
Babelia
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