Otro alcalde para Madrid
EDUARDO MANGADA SAMAINProntuario práctico para involucrar a los madrileños es una opción de cambio
Yo, tú, él, nosotros queremos y demandamos otro alcalde para Madrid. No otro que gestione mejor las mismas cosas que Alvarez del Manzano o que sea más alto y guapo, menos beato, o simplemente que esté amparado por las siglas de otro partido. Sino otro radicalmente distinto tanto en su concepción de la ciudad como en las cosas que hay que hacer en y para la ciudad y, sobre todo, radicalmente opuesto en los modos de gobernar la ciudad.Otro alcalde, otro, Gobierno municipal que nos libere de la opresión de tanta horterada, de tanta fealdad y basura superficial y subterránea, de tanta mediocridad castizo-sevillana y devuelva a los madrile¡íos la autoestima por su ciudad, la alegría de invadir sus plazas y calles pregonándolas sin fatuidad pero con orgullo, abiertas a todo y a todos.
¿Cómo conseguirlo? No basta el deseo, la sensación de imperiosa necesidad, la fe en la razón histórica o la triste espera de una alternancia política por agotamiento del adversario. En última instancia serán los votos de los ciudadanos y ciudadanas los únicos que harán posible este otro alcalde. Para ello la reflexión y la consolidación de una alternativa posible y necesaria ha comenzado ya y no puede trasladarse al momento en que nuestras calles se llenen de banderolas y carteles con las caras sonrientes, sobre fondo azul celeste, de los candidatos que presenten los distintos partidos, incluido aquel en el que milito.
Hoy me atrevo (¡imprudente de mí!) a escribir tres breves notas como incitación a la reflexión y, si tuviesen algún eco, para el debate y la movilización.
Primera. Este otro alcalde (o alcaldesa) no va a surgir de la decisión endogámica de los partidos de la izquierda madrileña. Aunque magníficos hombres y mujeres se coloquen en la cabecera del cartel, superando y arrastrando el lastre del escalafón partidario, ni el PSOE ni IU (¿queda algo solvente en estas siglas?) como referentes institucionales de la izquierda van, encerrados en sí mismos, a ser capaces de configurar la persona y el mensaje que identifique este otro. Tampoco una improbable coalición electoral negociada en cenáculosy santificada por las cúpulas de ambas formaciones augura, la consolidación de una plataforma que entusiasme a los ciudadanos.
Segunda. Siendo imprescindibles los partidos y, para este reto, de forma determinante el PSOE, sólo una candidatura cívica, que aparte el tufo partidario, pero respaldada por dichos partidos, junto con otros movientos sociales, culturales, sindicales, etcétera, puede generar un renovado entusiasmo a la ora de votar, sabiendo que es posible no sólo otro alcaIde, sino otra ciudad. Un nombre y una candidatura que, aunque puedan ser miembros de un partido, merezcan de entrada un reconocimiento social, sinteticen un mensaje renovador y generen en los madrileños una respuesta: "Ahora sí, ahora merece la pena votar, porque podemos y debemos tener otro alcalde".
Existen ya foros en los que se está produciendo una reflexión sobre Madrid y su futuro, e incluso un debate sobre las políticas de una nueva izquierda. Sería bueno que los partidos escuchasen estas reflexiones, abrieran sus claustros a nuevas voces y aprovechasen el impulso intelectual que suponen.
Tercera. ¿Qué decir, ofrecer y comprometer a y con los madrileños? Para empezar, no deberían repetirse algunos vicios de pasadas campañas. No pueden ni deben trasladarse. a unas elecciones municipales las batallasy descalificaciones entre los grandes líderes nacionales. No pueden camuflarse los problemas reales y los proyectos necesarios de nuestra ciudad con debates sobre Maastricht, la inflación, las Filesa o los Naseiro. No puede diluirse qué hacer con las aceras de la ciudad en una etérea confrontación entre izquierdas y derechas. Hay derechas e izquierdas, y estas palabras significan concepciones radicalmente opuestas en una política urbana, pero que sean las propuestas programáticas concretas las que evidencien una opción y otra. Tampoco puede volverse a difundir.para que muy pocos los lean, los típicos y tópicos "programas electorales" en los que todo se dice, todo se promete, yuxtaponiendo epígrafe tras epígrafe (urbanismo, la mujer, el empleo, la seguridad ciudadana, etcétera) en un reflejo de la fragmentación del discurso político sin una idea fuerte que los unifique. Por el contrario, es necesario una propuesta electoral con 5, 10, 15... puntos inteligibles por los ciudadanos, que den respuesta a problemas concretos y se evidencien factibles en los próximos 4 u ocho años.
Con la intención de provocar una reflexión, cabrían enunciados así:
1. En el plazo de un año se limpiarán las aceras de Madrid de chirimbolos, violeteras, innecesarios relojes electrónicos, macetones con berzas, etcétera. El puro aseo y decoro como símbolo del cambio y respeto al buen gusto de los madrileños.
2. En el primer verano se sustituirá la clásica "operación asfalto" por la "operación aceras" * Por supuesto, se. taparán baches, zanjas y socavones, pero la prioridad de la acción municipal se centrará en los bordillos, pavimentos y alcorques. Unas aceras dignas y cómodas constituyen, sin duda, la manifestación más clara de la calidad de una ciudad.
3. Salvo vías muy especiales, analizadas con extremo rigor técnico, toda calle que disponga de más de dos carriles por sentido (salvado el carril-bus) reconvertirá el carril sobrante para la ampliación de aceras y paseos.
4. Todo aquello que pueda hacerse en superficie no será enterrado. No más túneles indiscriminados, cuyo exponente oprobioso es el último perforado en los cimientos del Palacio Real. Por contra, todo el dinero rescatado de estas perforaciones será destinado a la mejora y ampliación de la red de autobuses urbanos y a la financiación del metro.Nota intercalada. ¿Perderá votos quien así se manifieste ante los drogodependientes del automóvil privado? Es un riesgo. Pero un candidato que se pretenda líder municipal debe superar algunos valores o malas costumbres imperantes para proponer nuevas pautas de conducta.
5. La ampliación del metro, su mejora e interconexión con los distintos modos de transporte, así como la consolidación de Barajas como gran aeropuerto, se mantendrá como línea de actuación municipal.
6. Ninguna instalación productiva, no molesta, inserta en el tejido urbano será desmantelada por la presión del puro negocio inmobiliario. Si fuese conveniente su traslado dentro de la región metropolitana, tal operación será objeto de un pacto sindical, que garantice el máximo empleo posible y enriquezca el sistema productivo con su nueva ubicación, y los posibles plusvalores generados por el solar desafectado revertirán en el porcentaje más alto posible al municipio.
7. Todo suelo público, sea de la Administración central o municipal, desafectado de sus usos actuales será mantenido como bien público y destinado a equipamientos colectivos, incluyendo como tales las viviendas sociales. Hay que parar la actual desamortización encubierta bajo el pretexto de la auto Financiación de las empresas públicas o el simple saneamiento de sus cuentas de resultados.
8. Madrid capital se declara hermana mayor solidaria con los municipios metropolitanos. Todo aquello que pueda reequilibrar la región e incrementar la cohesión social y territorial no será acaparado por el afán del "Gran Madrid". Fuenlabrada, Torrejón, Las Rozas, etcétera, son tan Madrid como la propia. capital y seguramente necesitan más que ésta los posibles beneficios del desarrollo urbano.
9. Queda sitio para más ideas y propuestas sobre el empleo, la mujer, la seguridad ciudadana, etcétera, y, sobre todo, sobre el talante del Gobierno municipal.
Como nota final. En el aniversario de la inauguración de la nueva plaza de Oriente se colocará una placa en lugar visible en la que se lea: "Este desaguisado fue construido siendo alcalde de Madrid don José María Álvarez del Manzano y fue diseñado por el académico don Miguel Oriol. Año MCMXCVII".
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