"En Madrid surgen muchas oportunidades para los cantantes"
, Javier Otero de Navascués (Cintruénigo, Navarra, 1962) tiene la voz grande. En su mocedad cantaba jotas, y luego estudió el arte de impostar la voz. Ahora, su desahogo se centra en casa cuando, los lunes, recibe a una pianista y así, de puertas adentro, lanza sus mejores propósitos vocales. Pero sus verdaderas energías no se le van por su boca, ni. siquiera en su ejercicio de la abogacía, sino en las voces de los demás a través de La Castafiore. Se trata de un restaurante que desde hace dos años ofrece la fórmula de camareros-cantantes líricos en acción. Javier organiza audiciones todas las semanas para escuchar las voces que llegan o pasan por Madrid. El restaurante está siendo una base de lanzamiento para muchos, y tras su éxito, Javier se ha lanzado a la creación de la Fundación Grupo Operístico de La Castafiore, presentada ayer en Madrid.
Pregunta. ¿Cuáles son los objetivos de esta fundación?
Respuesta. Divulgar la ópera, facilitar la profesionalización de los jóvenes cantantes e introducirlos en los circuitos internacionales. Para ello ofrecemos diversas ayudas. Yo he tenido la suerte de estudiar la carrera de Derecho y el posgrado en Londres a base de becas; ahora me corresponde a mí arrimar el hombro.
P. Por el restaurante ha pasado hasta la Berganza, que incluso ha llegado a cantar sin previo aviso en el restaurante.
R. Sí, aquello fue increíble. Estaba cenando y cantó tres piezas, sorprendiéndonos a todos, porque nadie lo esperaba.
P. ¿Cómo ha sido la evolución de La Castafiore en estos dos años?
R. Hay tres escalones, digamos: el restaurante, por un lado; después, el grupo operístico, que tiene vida propia y ha cantado en Suiza y hasta en el Parlamento Europeo, en Bruselas; en febrero actuará en la sala sinfónica del Auditorio... Y por último está la fundación, que ayudará a dar un paso más. P. ¿El hecho de surgir en Madrid su idea de restaurante-espectáculo ha constituido un estímulo?
R. Ha beneficiado mucho, porque por aquí cruza mucho ciudadano extranjero y también gente que viene a estudiar. La mezcla es estupenda, corre la voz. P. Pero ni las grandes voces ni los cantantes de a pie son camareros perennes...
R. El ser camarero, para un cantante, es otra forma de cercanía con el público, pero el restaurante es un mero paso, la parrilla de salida para muchos. Mi ilusión es que sean contratados por agentes.
P. ¿Tiene Madrid algo de ese Hollywood que descubre talentos escénicos en los restaurantes?
R. Sí. La verdad es que por el restaurante pasan muchos agentes, y en Madrid surgen oportunidades de gran interés para los cantantes.
Fundación Grupo Operístico de La Castafiore. Calle de Españoleto, 16. Información, teléfono 448 38 46.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.