El Madrilés y don Álvaro
En la Brigada de Policía Judicial corre la leyenda de don Álvaro. Un aristócrata derrochador, dueño de haciendas y caballos. Su excepcional capacidad de persuasión le permitía ganarse la confianza de los más escrupulosos empleados de banca. Y asestarles a continuación el más difícil de los golpes: el cheque bancario. La policía cuenta que llegó a cometerlo hasta tres veces en el mismo banco. No paraba, hasta que en marzo de 1994, el hombre, de 60 años, fue detenido bajo la acusación de haber cometido 53 estafas. A los 15 días de su ingreso en Carabanchel, se suicidó con lo que tenía más a mano: una sobredosis.El anverso de Álvaro es Antonio C. S., alias El Madriles.Este cobrador, con más antecedentes (73) que años (45), intentó hace dos años abandonar las miserias que arrastraba y dar el golpe de su vida: se hizo pasar por el apoderado de Publio Cordón y, con un documento de la FIFA, cobrar en el Central Hispano 100 Millones, en teoría destinados a pagar el traspaso secreto de Martín Vázquez al Zaragoza. Demasiado para él. Los empleados le detuvieron.
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