"En Madrid cuesta una burrada rodar películas"
Con apenas dos añitos apareció en un documental de Jorge Grau diciendo: "Yo de mayor quiero ser perro". Hoy, cumplidos 29 y siendo tan tenaz, lo raro es que no ladre. Aquello fueron cosas de niños y niños son los protagonistas de los dos cortometrajes que ha dirigido este actor madrileño. El primero se titulaba Metro, y el segundo, Cazadores. Precisamente este último le ha costado el triple esfuerzo de escribir, dirigir y financiar, pero le ha valido un Premio Goya al mejor cortometraje. Sus otros escarceos infantiles con el cine rozaban cierta ilegalidad o al menos la diablura, porque en el cine invertía Achero el tiempo libre que le rentaban los novillos escolares y no pasando precisamente por taquilla. Era normal colarse, como normal era que el mapa de su Carabanchel natal estuviera sembrado de grandes salas.
Pregunta. Y ahora ¿hay salida en Madrid para los cortos?
Respuesta. Al parecer, hay más salas pequeñas que grandes, y puede que sea mejor. Lo interesante es que la gente vaya al cine y que los vean, porque, al fin y al cabo, el corto es el único formato que tienes para empezar a dirigir. Y yo quiero ser director.
P. ¿Es largo el camino hacia el largometraje?
R. Yo no tengo prisa. Hace tres o cuatro meses que la historia está lista y estamos buscando financiación. Quiero estar tranquilo y seguro. Sé que a la hora de la verdad hasta los directores más expertos se enfrentan con un sinfín de problemas.
P. Metro se rodó en Barcelona, ¿por qué?
R. Porque aquí costaba una burrada y en Barcelona fue casi gratis. No hay que empeñarse en rodar en Madrid por narices. La misma historia puede pasar en muchos sitios.
P. ¿Ya no quiere ser actor?
R. Sí, sí. Yo pienso seguir interpretando siempre que me llamen, pero voy de cabeza a la dirección. Escribo desde los 14 años, y a raíz del nacimiento de mi hija decidí sacar adelante mis historias porque yo he hecho muchas películas que no me interesaban. Dirigir es como hacer algo muy mío.
P. Ha trabajado con Ridley Scott y con Adolfo Aristaráin, ¿con quién aprendió más?
R. Aprender, aprendo de todo el mundo, en todo me fijo y por todo tengo curiosidad. Hay gente que se aburre; yo, jamás. Lo que me jode es que me falten años para vivirlo todo.
P. ¿Le sigue gustando vivir en Madrid?
R. Cada vez menos, sobre todo por mi hija. Sales al campo con un niño y ves que en ese entorno padres e hijos se quieren más que en la ciudad. Ellos aprenden a ser independientes y tú no tienes que estar todo el tiempo controlándoles.
P. Pero usted ha sido un niño muy de barrio.
R. Sí, y hacía muchas burradas.
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