Boeing suprimirá 8.200 empleos más y reducirá un 15% la superficie de sus instalaciones
En el marco de un plan de intensa reestructuración y reducción de costes, Boeing anunció ayer que suprimirá 8.200 puestos e trabajo adicionales en EE UU. El mayor fabricante de aviones del mundo responde así a las necesidades impuestas por la fusión con McDonnell Douglas en 1997 y la adquisición de Rockwell International en 1996. Además suelta lastre para acometer la creciente competitividad en el sector, marcada por el intento de fusión de Lockheed Martin con Northrop y la agresividad creciente de Airbus, que ayer mismo consiguió un contrato de 60 aparatos.
Lo que es más grave para Boeing, este último contrato se produce en Centroamérica, en la misma puerta trasera del imperio económico estadounidense. A todo eso se suma el anuncio, la semana pasada, de que Lockheed reforzará su colaboración con el consorcio europeo Airbus para acometer proyectos concretos."Estamos reordenando a fondo el uso de nuestras instalaciones para proporcionar más valor a nuestros clientes y a nuestros accionistas", dijo ayer a través de un comunicado el presidente ejecutivo de Boeing, Phil Condit, subrayando que el nuevo plan es parte de una estrategia previa de reducción de costes.
La empresa de Seattle no sólo va a recortar el 3,4% ciento de su plantilla de 238.000 empleados. También va a reducir un 15% aproximadamente la superficie de sus fábricas y laboratorios de aquí al año 2000. Ya se había anunciado en enero pasado que iba a dejar de fabricar los modelos MD-80 y NID-90, y anteriormente, en diciembre, suprimió 12.000 empleos, a los que hay que sumar ahora 8.200. La mayor parte de la reducción se hará mediante despidos y jubilaciones anticipadas en el estado de California, no en Washington, donde se encuentra la central.
Lockheed-Airbus
Mientras que la fusión Lockheed-Northrop está siendo objeto de atento examen por la división antimonopolio del Departamento de Justicia de EE UU, y de hecho tendrá que replantearse el próximo lunes para recibir la aprobación, hace tan solo una semana se volvió a hablar en EE UU de un renovado esfuerzo de colaboración entre Lockheed y Airbus.Lockheed, el mayor contratista militar de EE UU, no tiene en el horizonte ningún proyecto de fusión con Airbus, pero expertos citados por el diario The Washington Post afirman que ambas empresas están planeando proyectos conjuntos en el sector comercial y el militar, y que quieren convertirse en un polo de referencia alternativo a Boeing-McDonnell Douglas con el propósito decidido de asaltar el mercado de la aviación civil de EE UU.
El sector aeronáutico en EE UU está buscando vías para asegurarse el futuro, en un momento en que el Pentágono reduce costes por la decreciente necesidad de equipos bélicos y, al mismo tiempo, alienta a los fabricantes a consolidar sus fusiones para ahorrar costes. Sin embargo, esta misma semana se ha sabido, tras una auditoria realizada en el Departamento de Defensa de EE UU (cuya sede es el Pentágono), que el proceso de asignación de contratas sigue siendo desastroso. Se han encontrado facturas de hasta 78 dólares (más de 12.000 pesetas) por un tornillo, que recuerdan al famoso escándalo de hace unos años, cuando se pagaron 640 dólares (más de 99.000 pesetas) por una tapa de inodoro.
Boeing, cuyas acciones subieron ayer en Wall Street al conocerse la noticia de la reducción de plantilla, también aprovechó la jornada para difundir que sus principales directivos no van a disfrutar de un aumento de sueldo esta temporada, debido a los malos resultados financieros de 1997. El mencionado Phil Condit tiene un sueldo anual por encima de los 150 millones de pesetas. Boeing ingresó 45.800 millones de dólares (7,09 billones de pesetas) en 1997 y espera aumentar la cifra 10.000 millones (1,55 billones de pesetas) este año.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.