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Aznar recibe a Robaina para desdramatizar las relaciones diplomáticas con Cuba

La reciente decisión del Gobierno de Jose María Aznar de desdramatizar sus relaciones con Cuba se tradujo ayer, durante la visita del ministro de Exteriores cubano, Roberto Robaina, en una declaración unilateral que cierra el conflicto entre ambos países. Robaina afirmó al Canal Internacional de TVE que el Ejecutivo cubano ve esta nueva relación como "mutuamente beneficiosa". Su homólogo español, Abel Matutes, insistió en que las relaciones ya eran buenas, pese a que durante 16 meses no ha habido embajador en La Habana. Según Matutes, los Reyes y Aznar viajarán a Cuba el año que viene con motivo de la Cumbre Iberoamericana. Este año, aniversario del 98, la única visita prevista es la suya.

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Abel Matutes hizo ayer honor a su imagen de político poco propicio a la polémica y a los titulares y presentó la mejor cara de las difíciles relaciones hispano-cubanas de los últimos dos años.En la conferencia de prensa que ofreció en solitario tras la reunión de las dos delegaciones, insistió en que el nombramiento del diplomático Eduardo Junco como nuevo embajador en Cuba viene a llenar un hueco formal en una relaciones que "venían siendo satisfactorias y respetuosas". El ministro evitó entrar en la espinosa cuestión del respeto a los derechos humanos en Cuba, punto principal de fricción entre ambos Gobiernos durante los últimos 16 meses.

"Deseo que las relaciones sean buenas, plenas, y que las discrepancias, que existen, se aborden de forma constructiva, desde el respeto mutuo y por cauces diplomáticos" señaló Matutes. Roberto Robaina llegó a primera hora de la mañana al aeropuerto de Barajas, en el que fue recibido por Matutes. Posteriormente, el ministro cubano se reunió en La Moncloa con el presidente del Gobierno en una entrevista "cordial y fructífera", en palabras de Matutes.

El ministro español, en la conferencia de prensa ofrecida al término de la reunión de trabajo de las dos delegaciones en el Ministerio de Asuntos Exteriores, pasó de puntillas sobre la reclamación de libertad para cuatro opositores al régimen castrista -Vladimiro Roca, René Gómez Manzano, Marta Beatriz Roque y Félix Bonne Carcassés-, por los que se han interesado la Unión Europea, el Vaticano y la propia diplomacia española.

La fórmula diplomática más convencional -"desarrollar las relaciones sobre la base del respeto mutuo"- presidió este reencuentro entre los ministros de ambos países, el primero que se realiza de forma bilateral desde la llegada del PP al Gobierno. El ministro de Exteriores cubano reafirmó esta idea, declarando al Canal Internacional de TVE que ambos Gobiernos tienen ahora "una comunicación muy fluida y la convicción clara de que las relaciones bilaterales deben basarse en la no injerencia".

Robaina consiguó, sin embargo, satisfacción en dos asuntos sensibles que en los últimos meses eran reiteradamente esgrimidos por el Gobierno español: tanto en el tema de la presencia de etarras en Cuba como en el de la libertad de movimientos" del embajador español, Matutes fue extremadamente cuidadoso.

En el caso de los etarras, Matutes dijo que "no ha habido ningún cambio con la situación que había con nuestros antecesores". Es decir, sigue el mismo acuerdo que con el Gobierno del PSOE, que fue el que pidió a Cuba que aceptara la residencia en la isla de determinados etarras. En el caso de la libertad de contactos del embajador español con miembros de la oposición cubana, el ministro fue categórico: "No hay ninguna situación especial. El embajador irá a Cuba como cualquier embajador español va a cualquier país del mundo". Robaina aseguró asimismo que "no se ha tenido que pactar nada especial" en la reciente designación de Eduardo Junco.

Fuentes españolas de Exteriores señalaron que el nombramiento de embajador en La Habana y la visita de Robaina ponen un punto y aparte a una etapa de las relaciones. "Había que desdramatizar las relaciones y ponerlas en su verdadera perspectiva. Cuba, desde el punto de vista de la política exterior española, no supone tanto", señaló un alto funcionario que pidió no ser identificado.

El Gobierno de José María Aznar, que jugó un papel importante en el endurecimiento de la posición común de la UE respecto a Cuba, se muestra ahora favorable a apoyar que Cuba forme parte, como país observador, del grupo de Estados beneficiarios del acuerdo de Lomé, que regula las relaciones de la UE con los países denominados ACP -Africa, Caribe y Pacífico-.

La cláusula de respeto a los derechos humanos, que exige la UE, también se aplica en el acuerdo de Lomé, pero con diferente énfasis, tal vez por la distinta sensibilidad para la aplicación de estos criterios en función de los intereses geográficos de las principales potencias.

El ministro cubano, regresará a Cuba mañana, miércoles, sin que ayer le constase al Ministerio español de Exteriores su agenda para hoy. La embajada cubana, por su parte, no informa.

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