Cautela frente a terapia precoz
Dar la réplica a los planteamientos de Markowitz le correspondió a Alejo Erice, el español que codirige el laboratorio de virología de la Universidad de Minnesota (EE UU). Erice abogó por una mayor cautela respecto de la generalización del tratamiento precoz.A su juicio, la agresividad de la triple terapia y su complejidad - supone al paciente tomar varias pastillas al día de por vida- aconsejan evaluar caso por caso la conveniencia de administración temprana. En algunas circunstancias, afirmó, convendría conformarse con mantener al enfermo con una carga viral baja y reservar antivirales para un eventual empleo más adelante. En una palabra: la consideración de la situación particular del paciente debe primar sobre la prescripción del ataque a mansalva contra el VIH.
Del cotejo de las dos posiciones surge clara la diferencia de perspectivas entre el investigador de avanzada, inmerso en la realidad de los experimentos de laboratorio y de pacientes con un perfil seleccionado y altamente motivados, y el clínico, enfrentado a la diversidad de la epidemia, con enfermos alejados de las condiciones ideales de los ensayos clínicos.
La divergencia justificaría la cautela a la hora de aplicar los últimos hallazgos de laboratorio a la práctica médica, prudencia tanto más requerida visto lo poco que se sabe de los efectos adversos a largo plazo de la terapia, según el punto de vista de Erice. Ambos investigadores coincidieron en señalar que los grandes progresos realizados hasta la fecha no significan que el camino recorrido haya quedado despejado de obstáculos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.