La ilusión de la experiencia
Un centenar de mujeres paradas de El Puerto se asocian para hacer frente al desempleo y al aislamiento
"La auténtica batalla consiste en mantener siempre la ilusión". Ésta es la premisa que mueve a un grupo de mujeres de El Puerto de Santa María (Cádiz), dispuestas a hacer frente a uno de los más severos problemas con que se enfrenta la gente corriente de hoy, el desempleo. Cansadas de esperar sentadas en casa una solución a la falta de actividad, se han constituido como asociación dispuesta a generar trabajo con el que dar salida a sus inquietudes personales y aportar un jornal a la economía doméstica. Para ello confían, fundamentalmente, en un músculo poco desarrollado por la rígida sociedad en que se mueven, el músculo de la ilusión, de las ideas y de la tenacidad. Hace dos meses algunos medios de comunicación locales recogieron en El Puerto el llamamiento de un pequeño grupo de mujeres mayores dispuestas a organizarse para producir autoempleo. Tras la convocatoria se encontraba una mujer de rostro afable, entrada en años y con un grado de vitalidad que contagia a simple vista. Eugenia Aguilera, graduada en la experiencia de las asociaciones vecinales y los movimientos políticos de corte progresista, llevaba años madurando una idea que, como cumpliendo el argumento de una película de acción, se está gestando con éxito. Se trataba de unir a un grupo de mujeres de edad y poner en valor la experiencia acumulada en beneficio propio y el de sus compañeras. A aquella primera reunión celebrada en el salón de una confitería de la ciudad acudieron 17 mujeres. En el encuentro se decidió articular una "sociedad de mujeres paradas" que ahora, en cumplimiento de la mercadotecnia obligada, ha pasado a autodenominarse Asociación de Mujeres Emprendedoras. En aquella primera cita, Eugenia expuso a sus nuevas amigas las que considera que son "fórmulas que les darán trabajo". Siguiendo la tradición y bajo la consigna de que "lo más fácil es lo más efectivo", se han propuesto la creación de una Casa Andaluza en la que "ofertar al visitante aquello que muchos buscan en el Sur. Será un lugar de ambiente rociero, con cocina y tablao; con caras amables y con las cosas que nos enseñaron a hacer cuando éramos más jóvenes". El visitante podría encontrar en un folleto publicitario mensajes como "gazpacho, tortilla de camarones y pimientos fritos del día, con toque de guitarra, en patio, paredes blancas y geranios rojos". Además, las mujeres emprendedoras van a constituir talleres de manualidades en los que, al calor de la charla, ilustrar abanicos, fabricar muñecas de trapo, como las de antes, o meter en imprenta una campaña de pegatinas para la empresa contratante. En palabras de Eugenia, "no sé cuánto ganaremos, pero desde luego romperemos con la soledad de muchas personas". La idea ha calado más de lo que en un principio esperaba la propia promotora, hasta el punto de que en un par de semanas un centenar de mujeres de El Puerto se han sumado a la iniciativa. La experiencia les ha demostrado que no pueden limitar la afiliación a mujeres maduras, "porque en las reuniones han aparecido jóvenes esposas y madres que se encuentran en nuestra misma situación y tienen nuestras mismas inquietudes". Esta pasada semana han logrado ultimar los estatutos de la entidad con los que van a registrar su sociedad y sus fines en la subdelegación del Gobierno de Cádiz. Los miembros de la junta directiva reconocen que "ahora comienza lo más difícil, porque tenemos que pedir a las administraciones que nos lo pongan fácil". Desde varios puntos de la Bahía de Cádiz han recibido llamadas interesándose por este colectivo, "que por fin se acuerda de nosotras", y este hecho ha hecho pensar en la exportación de la idea a otras ciudades de la provincia o de la comunidad andaluza, de forma que se cree una red de "mujeres ilusionadas, con problemas similares y con ganas de hacerles frente".
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