Los síndromes del Mundial
...Que Ortega es un jugador que me gusta ya se sabe, pasemos a los defectos. La mentira es un componente esencial del regate y Ortega la tiene incorporada a su instinto. Pero para que te crean las mentiras a veces hay que decir la verdad. El centro del campo, por ejemplo, es una zona donde el engaño es asunto colectivo para llegar a los últimos metros en mejores condiciones para los duelos individuales. Cuando coincidimos en el Valencia yo insistía mucho sobre este concepto para evitar que lo demolieran a palos demasiado lejos del arco rival. Cuando coincidimos en el Valencia nos cruzamos en mitad del campo en un partido de entrenamiento y con una seriedad pícara me aclaró: "Aquí hay que jugar a dos toques", y después de una pausa completó: "Sólo me falta la parte práctica". El otro defecto de su regate es social: se tira demasiado. La televisión denuncia sus exageraciones y los árbitros ven la televisión. También en el Mundial....El Mundial ya empieza a denunciar algunos síndromes. Uno de los principales es la falta de criterio en el centro del campo para manejar la pelota. Es como si sólo existieran dos preocupaciones: la pelota está cerca de mi arco (peligro), la pelota está cerca del arco contrario (alivio). Del medio del campo no hay noticias. Se corre con la pelota en los pies, se abusa de los pelotazos largos, son pocos los que buscan por afuera... Mientras tanto Mazinho, Guardiola, Redondo y gente así, lo ven por televisión con la brújula en la mano.
...Otro síndrome: nadie saber jugar con un gol en contra. Fácil de descifrar, cuando hay algo que cuidar todos los equipos se vuelven conservadores por el método de retroceso y le dan una oportunidad a rivales que, en muchas ocasiones, son inferiores. La vacuna es el atrevimiento: buscar el segundo gol cuando se ha metido el primero.
...El fútbol y su riqueza. Son infinitos los atajos que elige el talento para expresar lo diferente. Baggio le hace cosquillas al partido, Salas le pega martillazos. Zidane es una brisa continua, Ronaldo un terremoto. Incluso las ovejas Dolly como los hermanos Laudrup tienen un modo particular de usar los mismos genes: profundo y ágil Brian; suave intermediario Michael.
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