"Afortunadamente, Madrid es una ciudad viva, no arqueológica"
Ana Rossetti (San Fernando, Cádiz, 1950) es poetisa de lectores fieles. Ha sido galardonada con el Premio Juan Carlos I de Poesía con Devocionario, y sus Indicios vehementes, han alcanzado ya su sexta edición. Sus concepciones sobre la literatura le llevan a arremeter contra la cultura considerada únicamente como un bien de consumo. De la lectura Ana Rossetti dice: "Sólo se habla de comprar, y no de leer, y realmente lo interesante es el esfuerzo, el ejercicio de uno mismo y las reflexiones del después", comenta. Lo que le gusta es estar en contacto con la gente. "Eso... me encanta", dice pizpireta. En una sola jornada de un día cualquiera del calendario puede pasar la mañana en un extremo de España dando una conferencia sobre poética; a media mañana, otra en un instituto madrileño, para seguir después en un colegio de niñas y niños de seis años; a primera hora de la tarde, conversar en un centro de mujeres, firmar luego ejemplares en la Feria del Libro; a las seis de la tarde, en un centro de adultos, y al final del día, en el club de lectura de una librería...Y todo ello para contribuir a la conversión de la lectura en deleite.Pregunta. Más allá de las novedades, ¿cuánto camino hay?
Respuesta Lo importante es releer. No es tan necesario comprar tantos libros; lo nuevo hoy envejece enseguida en la mentalidad de algunos. Los libros tienen que crecer contigo, y volviendo a ellos, releyéndolos, uno se puede sorprender encontrando fascinantes a unos personajes que en otro momento le parecieron indeseables. P. Ahora, dicen, le toca el turno a la poesía. ¿Es verdad que hoy se lee más?
R. Yo no sé si se lee más poesía ahora. Esto forma parte de las modas, van a acabar diciendo: ¡"Este año se lleva el soneto"!
P. Un baúl lleno de... son sus cuentos infantiles. ¿Le gusta la palabra cuentista?
R. El cuento es un formato que me gusta mucho, y ser cuentista también... ¡Me lo llamaban de niña!
P. Desde 1968 vive aquí. ¿Una forma particular de vivir el París del 68 en Madrid?
R. No, no, que va... Me vine porque quería estudiar escenografía con Francisco Nieva, aunque después no pudo ser.
P. Pero ya se quedó en Madrid. ¿Cree que para siempre?
R. No tengo una visión de las cosas a largo plazo.
P. Y Malasaña, donde vive hoy, ¿cree que sigue siendo el corazón de la ciudad?
R. Prefiero llamarlo el barrio de Maravillas, que es como se llama realmente. Malasaña es mi calle. Y no, no creo que ahí palpite especialmente la ciudad. No es más Madrid un barrio que otro.
P. ¿Percibe los cambios?
R. Estoy en una ciudad viva, no arqueológica, afortunadamente. Antes vivía en el Rastro, y ahora no tiene nada que ver. Y eso no es malo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.