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La discoteca con más vatios

Alejandro Bolaños

El maestro de ceremonias los tiene en el bote. "¡Venga, una ola!", y al otro lado del escenario miles de jóvenes sicronizan sus movimientos con los del prójimo, como lo hicieran en el Mundial de México. Pero esto no es un estadio de fútbol. "Y ahora, una ola sexual". Y las caderas sustituyen a los brazos. "¡Toma, toma!", jalea Fernandisco, y la mesa de sonido proyecta 150.000 vatios de house. Los graves retumban en los bafles, el temblor llega hasta los pies y el baile explota una vez más. Así fue la noche del World Dance Music en Sevilla: explosiones de ritmo dosificadas por el más popular Dj de Los 40 principales. Decenas de miles de personas asistieron en la noche del sábado al espectáculo que llevó a Sevilla la Cadena SER por segundo año consecutivo. Un enorme globo en forma de jarra de cerveza sobre la zona de aparcamientos de Torretriana, señalaba desde el cielo el escenario para la diversión en masa. Esta vez, sin embargo, el sonido le ganaba a la luz, el oído a la vista. La mezcla de funk, jungle y house fue, desde las 10.00, el mejor reclamo para las oleadas -mucha gente joven, piercing, pelos teñidos y más piel que ropa- que cruzaron los puentes del Guadalquivir para llegar a antiguos territorios de la Expo. La música electrónica de Dario G., Jhava, Domino y los sevillanos Electrodrummers convocó a más de 100.000 personas, según los organizadores, a la fiesta dance. "¡Qué es gratis!". Un agente del equipo de seguridad del concierto se dejó la voz intentando hacerse oir por encima del bum-bum que acompañaba a SJ. Vano esfuerzo. Tras las vallas que acotaban el espacio del World Dance Music cientos de personas asistieron a su partícular concierto. Desde allí, se emborrachaban igual de música y además podían hacer el botellón de todos los fines de semana, imposible dentro del recinto. Según los organizadores, nadie tuvo que ser atendido por intoxicación etílica. Tampoco informaron de casos de borrachera de baile, a pesar de cinco horas y media de saltos y contorsiones sin tregua. El jander o el demonio, personajes del programa de radio de Fenandisco se turnaron con el Dj para levantar al público entre descarga y descarga de sintentizadores y estribillos machacones. "¡Ahí va, oléee!" y una cámara teledirigida iniciaba un barrido sobre un mar de cabezas. "¡Hasta los amigos de Canal Sur de lo están pasando bien¡", celebraba Fernandisco. Claro que los dos empleados del recién estrenado Canal 2 de Andalucía que, cámara en ristre, hicieron la retransmisión desde el mismo escenario no tuvieron opción de réplica: toda su atención se centraba en conseguir los mejores planos de bailarines y bailarinas. Las que acompañaron a Natasha Haggen -se atrevió a cantar en directo algunas estrofas de la versión dance del tema central de la película Titanic-, amenazaron incluso con echar a uno de ellos del escenario a base de caderazos. Con New York CC, llegó Blue for you, uno de esos temas rompepistas que debe su popularidad a un anuncio de cervezas. La sintonía del público dance con el mundo de la publicidad es total: ni cuando las pantallas lanzaba mensajes de refrescos, coches o, incluso, de la Junta dejaba de bailar. "Are you ready for the bomba?", el líder de Asap, David Ferrero, entre sonidos grabados de helicópteros y rodeado de bailarines con vestimenta militar, introdujo así la actuación de su banda, la mejor versión del dance español. "Meneálo suavecito", ronroneaba la cantante por encima de la barrera de sonidos electrónicos. Solícitos, lo menearon, gozosos, durante toda la noche.

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