Un hombre moderado ligado al deporte

Pedro Antonio Martín Marín, el nuevo secretario de Estado de Comunicación, ha ligado hasta ahora su labor profesional a diversos cargos directivos en medios de comunicación y relacionados con el mundo del deporte, aunque con anterioridad también ejerció funciones políticas. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, cumplió 49 años el pasado día 4. Martín Marín militó en UCD, donde llegó a ocupar el cargo de secretario general. Después sería miembro del gabinete de Leopoldo Calvo Sotelo en su etapa de jefe de Gobierno.De 1983 a 1990 fue secretario general de la Cadena Cope de emisoras de radio. También fue consejero delegado de la Editorial Católica, presidente de la Asociación Española de Radiodifusión privada entre 1989 y 1991 y subdirector general de Antena3 Televisión entre los años 1991 y 1992.

Desempeñó la vicepresidencia del club de fútbol Real Madrid bajo el mandato de Luis de Carlos. Cuando éste fue relevado por Ramón Mendoza, siguió un mes en el puesto. Después, tomó partido por Florentino Pérez cuando éste presentó su candidatura a la presidencia del club madridista frente a la de Ramón Mendoza en las elecciones de 1995 y que ganó este último.

A partir de entonces, martín Marín se dedicó a su despacho de abogado hasta que el 10 de mayo de 1996 fue nombrado en el Consejo de Ministros para el cargo de presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) con categoría de secretario de Estado, puesto en el que sustituyó a Rafael Cortés Elvira y que ha desempeñado hasta ahora.

Con anterioridad, Martín Marín desempeñó la vicepresidencia de la Federación Española de Baloncesto con Ernesto Segura de Luna como máximo dirigente. Abandonó precisamente este cargo para integrarse en la candidatura de Florentino Pérez a la presidencia de la entidad madridista. Fue fundador del club Baloncesto Villalba.

Martín Marín tomó posesión de la presidencia del Consejo Superior de Deportes el 13 de mayo de 1996. Mantiene una excelente relación con el presidente José María Aznar y es amigo personal del presidente de Telefónica, Juan Villalonga.

Antes de cumplir un año en el cargo, en febrero de 1997, se perfiló como el candidato con mayores posibilidades de sustituir a Mónica Ridruejo en la dirección general de Radiotelevisión Española, pero rechazó el cargo, que finalmente ocupó Fernando López Amor.

Su paso por la dirección del deporte nacional apenas ha dado frutos descollantes. Su pretensión de modificar la Ley del Deporte no ha pasado de un borrador, estancado ante la oposición de los partidos nacionalistas catalanes y vascos, partidarios del reconocimiento de sus respectivas selecciones. Los clubes profesionales de fútbol, por su parte, han sido los más beneficiados: han visto aumentar del 8,5% al 10% sus ingresos de las quinielas, lo que ha permitido a los clubes resolver su plan de saneamiento.