El Partido Popular califica de "grotescas" las declaraciones del ex presidente

Las declaraciones del ex presidente del Gobierno Felipe González en las que pide a sus enemigos que centren en él "la cacería" abierta contra los socialistas y "dejen tranquila a la gente que estaba en la línea de tiro" desencadenaron ayer diversas reacciones. El PP las calificó de "grotescas" a través del portavoz adjunto de su Grupo Parlamentario en el Congreso, Ramón Aguirre, que dijo que "reaccionar con risitas ante las resoluciones judiciales de hechos presuntamente delictivos ocurridos bajo su mandato se traduce casi en una mofa para las vivencias que están atravesando los encausados".Aguirre señaló, en declaraciones a Europa Press, que "parece mentira" que un ex presidente del Gobierno haya dado una muestra de "tan poca talla" y apuntó que desde el PP habrían visto "con mayor agrado" que González hubiera aportado su opinión ante el hecho de que se haya producido un anticipo periodístico del fallo del caso Marey.

Para Aguirre, el socialismo siempre practica "la misma táctica", que "sólo persigue que no se hable de los hechos y que se hable de todo lo demás: de las anécdotas que circulan alrededor de los hechos. Es la táctica de la distracción para no hablar del contenido real de lo que aconteció durante los mandatos socialistas y del contenido de un proceso judicial deliberado en el Supremo".

Por su parte, el coordinador general de la organización Izquierda Unida (IU), Julio Anguita, abundó de nuevo en las descalificaciones a González y pidió al ex presidente que se enfrente de una vez por todas a los hechos porque "los datos le van apuntando como responsable máximo".

Diego López Garrido, secretario general de Nueva Izquierda, partido escindido de IU, indicó que González debe expresar su respeto a la sentencia que el Supremo pronuncie sobre el caso Marey e instó al PSOE a no participar en "la cacería". En su opinión, de continuar en la dirección de las declaraciones de González, podría llegarse a una "espiral de acción-reacción profundamente negativa que haría imposible en España una alternativa progresista en una situación normalizada".

Finalmente, el presidente de Eusko Alkartasuna (EA), Carlos Garaikoetxea, pidió prudencia a González con el fin de " no contribuir al descrédito y la utilización del Tribunal Supremo como mero instrumento de una política dirigida contra su propia persona".