La FIBA teme la eliminación de la selección anfitriona

La ausencia del Dream Team y de jugadores de la NBA como Sabonis, Divac o Ilgauskas ha privado al Mundial de la presencia de grandes estrellas. Y ésa es una de las causas a las que aluden los organizadores para explicar el pequeño fracaso de asistencia al estadio en los partidos en los que no estuviera presente la selección griega. Cada uno de los encuentros disputados en el pabellón en el que no actuaba el equipo local fue presenciado desde la grada por un máximo de 2.000 espectadores. Florian Wanninger, portavoz de la Federación Internacional (FIBA) ha admitido su decepción por las flojas entradas registradas: "Estamos bastante disgustados. Sabíamos de antemano que la afición griega ama a su equipo pero no necesariamente el baloncesto. Hemos tenido varios encuentros con 500 espectadores. Es una lástima".La FIBA está obligada a mantener su neutralidad y sus miembros no pueden manifestarlo abiertamente una gran preocupación por lo que pudiera representar la eliminación de Grecia en cuartos de final de cara a la asistencia de público a las semifinales y a la final que se disputarán mañana y el domingo, pero es evidente que existe. El pabellón olímpico está perfectamente acondicionado para que los espectadores se sientan cómodos en él y tiene un excelente sistema de aire acondicionado, pero aún así el público griego, de no estar implicada su selección en las semifinales, puede optar por combatir el asfixiante calor -la temperatura se acerca a los 40 grados y no baja de los 26 durante las dos últimas semanas- acudiendo a las numerosas playas e islas cercanas a Atenas.

Grado de suspicacias

No existe en el equipo español tal grado de suspicacia y se confía en que el partido de hoy se desarrolle con todas las garantías de neutralidad exigibles en cualquier competición de alto rango. Sin embargo, la FIBA ha designado para el partido al israelí Reuven Virovnik, cuyo arbitraje en el partido ante Argentina dejó muy disgustado al equipo español. El otro árbitro será el estadounidense Jones. En el búnker español se espera que ninguno de los dos repita la actuación del polaco Wiezlach Zych, un conocido árbitro de tendencia casera, en el partido que perdió España ante Grecia en 1995.Después de aquel encuentro de hace tres años, Lolo Sainz, muy enojado, manifestó: "Han dejado de señalar faltas increíbles y han hecho imposible nuestra victoria. Ha sido un arbitraje muy casero y es una lástima, porque convierte en una payasada la fiesta del baloncesto".