Una sonrisa
Hace unos días participé en un campo de trabajo durante 15 días, en Bydgoszcz, al norte de Polonia. Iba con muchísima ilusión y con dos manos dispuestas para lo que hiciese falta. Desde el primer día me encontré en un hospital, con suficiente material y personal, repleto de enfermos a quienes no se les cambiaban las curas en tres o cuatro días, a quienes no se les movía más que una vez al día. Enfermos, personas a las que no se les miraba con cariño, no se les escuchaba con detenimiento, a los que no se les son-Pasa a la página siguiente
Viene de la página anterior reía... Sin embargo, eran personas que, como todos nosotros, y en su caso más, necesitaban atención y cariño. Quizá nuestro trabajo no fue demasiado, pero me parece que, aunque fuese por unos días, sí les dimos algo que necesitaban. Ellos lo mostraban con un ¡gracias! y una sonrisa. Sin embargo, cada vez que pienso en esto me doy cuenta de que no pasa sólo en Polonia, ni en un país lejano...
También aquí, a tu lado... Quizá, como yo, nunca te habías parado a pensar que aquí la gente también necesita de tu cariño, de tu sonrisa... ¡No se la niegues!- .
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