Los hijos de Yoyes
Soy citado con nombres y apellido en el artículo Los hijos de Yoyes, publicado por la periodista Sol Alameda con fecha de 18 de octubre.La entrevista que tuve con la dicha periodista fue a raíz de una llamada telefónica del señor Ra
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món Etxezarreta. Según el citado señor, la periodista quería saber algo acerca del hijo de Yoyes, y nadie quería informarla. Al teléfono dije ya al señor Etxezarreta que yo no tenía gran cosa que decirle, salvo que era un alumno correcto, inteligente, trabajador, es decir, un chico envidiable. El interlocutor insistía en que acudiera a la entrevista. Y así lo hice. En la entrevista me limité a confirmar lo dicho al señor Etxezarreta por teléfono. La articulista parecía buscar algo más, e insistió tan machacona como inútilmente. Luego hablamos de todo lo divino y humano.
De ello entresaca la articulista, entre otras cosas, una anécdota mía, que termina como sigue: "Nadie se atreve a tomar decisiones radicales". La frase se refiere a la supuesta falta de firmeza en los centros frente a la violencia.
Como por todo el contexto del artículo y por mi condición de ex profesor del Liceo Santo Tomás pudiera parecer que estoy sugiriendo que la citada ikastola ha pecado de blandengue en ese punto, tengo que decir con toda contundencia que el Liceo Santo Tomás, si no medidas radicales -que casi nunca suelen ser las buenas-, sí ha tomado medidas enérgicas y bien comprometidas en los ámbitos de su competencia con relación a la violencia. Más aún: la formación que ha impulsado ha sido siempre la de la apertura, integración y respeto para con los valores culturales todos en los que nos encontramos inmersos. Quien quiera comprobar lo dicho no tiene más que hojear el ideario en el que se basa la actitud educacional del centro. Es un ideario elaborado y aprobado por todos los integrantes del mismo. Está escrito y publicado y a disposición de cualquiera que quiera hablar en serio y con objetividad del Liceo Santo Tomás.
Para terminar, presento mis disculpas a todo el centro por mis excesos verbales. Barkatu!-
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