Biada o Viada
Miquel Biada i Bunyol, el promotor de la primera línea de tren de la Península, viajó a las Américas para hacer fortuna y allí tomó contacto con el primer ferrocarril español construido en la isla de Cuba. Además se apasionó con la incipiente red ferroviaria norteamericana. Esto, sumado a la evolución económica en que estaba inmersa Cataluña a mediados del siglo pasado, dio como resultado el nacimiento de la línea Barcelona-Mataró. En realidad, Biada se llamaba Viada. Una discusión familiar hizo que se cambiase el apellido, explica Toni Biada, descendiente del empresario catalán. Así, sus descendientes directos se apellidan Biada, mientras que los de sus hijos y primos son Viada. El empresario, que tuvo problemas para conseguir el dinero para las obras, se vio obligado a hacer frente a numerosas críticas de la sociedad del momento. Hubo médicos que llegaron a decir que el traqueteo del tren provocaría enfermedades nerviosas, y el humo, pulmonares.
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