Paule Constant gana el Goncourt por "Confidencia por confidencia"
El más prestigioso de los premios literarios franceses, el Goncourt, creado en 1902, ha recaído este año en Confidence pour confidence (Confidencia por confidencia), una novela de la francesa Paule Constant que confronta las vivencias de cuatro mujeres de origen distinto que charlan, a lo largo de toda una noche, en la cocina de una mansión de Middleway, Kansas (EEUU). El premio está dotado con 50 francos (1.250 pesetas).
Si las protagonistas de Confidencia por confidencia coinciden en esa localidad de Kansas es porque las cuatro participan en un congreso feminista. "Es una reflexión sobre el fin de siglo, sobre los 50 últimos años de historia de Estados Unidos, país que he escogido porque lo considero el símbolo de este fin de siglo", aseguró ayer la autora, tras conocer el resultado del premio.
Las cuatro mujeres insomnes y charlatanas han triunfado en el mundo profesional, pero admiten su decepción en la esfera sentimental. Para no sentirse molestas por la presencia masculina, han optado por escoger secretarios, cocineros o criados homosexuales.
Grupos estancos
De hecho, la cocina desde la que repasan su existencia las cuatro protagonistas es una metáfora del mundo cerrado de los coloquios universitarios, pero también de una sociedad que se organiza en grupos estancos. "Aunque sea una novela sobre el feminismo, espero que no me hayan concedido el premio por cuestión de cuotas", bromeó ayer Paule Constant, profesora universitaria de 54 años.Hasta el momento se habían editado 30.000 ejemplares de Confidencia por confidencia. El premio, como mínimo, debería cuadriplicar las ventas, al menos ésa es la esperanza de su editorial, Gallimard.
Ayer también se concedieron las dos versiones de otro premio, el Renaudot y el Renaudot de los estudiantes. El primero fue para Dominique Bona y su novela El manuscrito de Port-Ebène, un texto sobre la llegada de la Revolución Francesa a Santo Domingo, mientras que el segundo galardón, votado por un grupo de alumnos de instituto, lo conquistó Anne Wiazemsky con Une poignée de gens (Un puñado de personas), en el que la antigua actriz de cine y musa de Bresson, Godard o Pasolini evoca, a partir de un manuscrito, el destino trágico de su tío abuelo, el príncipe Vladimir Belgorodsky, muerto durante la revolución rusa, en 1917.
Tres días antes, François Cheng abría el baile de la sesión de los premios literarios llevándose el Femina 98 por su visión sobre el destino trágico de China durante este siglo en Le dit de Tiany, mientras el ex yoquey y gran comentarista hípico Homeric ganaba el Médicis con Le loup mongol, novela en la que evoca las proezas de Gengis Jan y de sus tártaros en tanto que prodigiosos jinetes y guerreros.
Babelia
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