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Miles de universitarios participan en la protesta más numerosa de la década

Miles de universitarios tomaron ayer al mediodía el centro de Madrid, entre la Puerta del Sol y la calle de Alcalá, para reivindicar una inversión mucho más generosa en los campus públicos de la región. Como marca la tradición en estos casos, las cifras de participantes resultaron muy dispares en función de que las facilitara la Policía Municipal (los agentes estimaron en 5.000 el número de manifestantes) o los convocantes, que duplicaron ese cálculo. Sin embargo, un dato resulta difícilmente rebatible: la manifestación de ayer se convirtió en la protesta estudiantil más multitudinaria de la década, después de varios años marcados por una cierta apatía en las aulas, según estimaron ayer los profesores, estudiantes y dirigentes educativos consultados por este periódico. La última gran protesta de universitarios tuvo lugar a finales de los ochenta contra la subida de tasas.La iniciativa de ayer, que también afectó a las aulas, a las que faltaron cerca de 40.000 universitarios, surgió en las federaciones de estudiantes de izquierdas de la Autónoma y la Complutense, que gozan de una representatividad en sus claustros del 60% y del 35%, respectivamente. La convocatoria partía de la idea genérica de que las universidades públicas se encuentran mal financiadas, una circunstancia a la que se fue añadiendo un amplio ramillete de demandas: congelación de tasas, supresión de los recargos en segundas y terceras convocatorias, una política de becas más cuantiosa o la participación de los estudiantes en el Consejo de Universidades de Madrid, recién estrenado por el consejero Gustavo Villapalos, ex rector de la Complutense.

La decisión de presentar un paquete tan heterogéneo de pretensiones ha acabado dando resultados. "El ejemplo reciente de Francia nos ha influido en el modelo de reivindicación. Ahí no se andan con que si no funcionan los servicios de no sé qué facultad", exclamó Jorge, integrante de la coordinadora de la Complutense y uno de los promotores de la marcha. Los estudiantes se citaron en la Puerta del Sol, frente a la sede de la Comunidad, y desde allí desfilaron con ánimo reivindicativo por la calle de Alcalá, donde se encuentran, puerta con puerta, el Ministerio y la Consejería de Educación.

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Respeto de Ruiz-Gallardón

Villapalos se siente "muy próximo a los estudiantes" y promete medidas correctoras

El presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, proclamó su "respeto intelectual" por la protesta estudiantil, si bien argumentó que ninguna comunidad autónoma había realizado "un esfuerzo como el de Madrid para mejorar la universidad". Su consejero de Educación, Gustavo Villapalos, fue aún más explícito. Tras calificar de "estupenda" la movilización, aseguró mantener "puntos de vista próximos a los estudiantes", una actitud muy parecida a la que mantuvo el ministro francés de Educación, Claude Allègre, ante las recientes manifestaciones de los estudiantes de secundaria.Villapalos accedió a reunirse con una delegación estudiantil, a la que aseguró que el porcentaje destinado a educación superior se equipararía con el europeo en cuestión de tres o cuatro años. El consejero recordó que su departamento ofertó el curso pasado 200 becas, de las que sólo se adjudicó la quinta parte porque no hubo más peticiones. Para evitar que esta circunstancia se repita en lo sucesivo, prometió una profusa campaña informativa a través de Telemadrid.

La Agrupación Socialista Universitaria, que preside el concejal Rafael Simancas, aseguró que compartía "las críticas dirigidas al Gobierno del PP", culpable, a su juicio, de que más de 5.000 millones presupuestados este año para los campus no vayan a ser finalmente invertidos. El coordinador regional de IU, Ángel Pérez, agregó: "Tres años de PP han sido suficientes para que los estudiantes adviertan sus favores para con la enseñanza privada en todos los niveles de la educación. Ruiz-Gallardón ya tiene a esa juventud rebelde que tanto pedía en su campaña electoral. A ver si ahora hace algo".

El rector de la Autónoma, Raúl Villar, admitió el "esfuerzo" de la Comunidad de Madrid en política universitaria, pero alertó: "La idea de que no se apoya lo suficiente a la universidad pública y se consiente demasiado a la privada ha ido calando en las clases". A su juicio, una huelga que secunda el 60% de los estudiantes "no puede considerarse ideológica porque la convoquen las asociaciones de izquierdas. Indudablemente", recalcó, "hay razones de fondo".

En la marcha, ruidosa y desenfadada, sobresalían pancartas con lemas como "No a la privatización encubierta de la Universidad" o "Estos presupuestos no pasarán", mientras varios manifestantes provistos de panderos aportaban la voz irónica coreando consignas como "Santiago Segura, ministro de Cultura". Una vez en la puerta del ministerio se sucedieron nuevos actos de protesta, como la creación de un castellet entre estudiantes vestidos con batas blancas. El esfuerzo por erigir su torre humana fue saludado con aplausos, hasta que un estudiante culminó el esfuerzo del grupo y, una vez en la posición más elevada, tras levantarse su bata blanca, se bajó el pantalón y orientó su trasero en dirección a la fachada de la sede oficial. Su proceder fue recibido con una ovación estruendosa, informa Rafael Fraguas.

Los alumnos izquierdistas habían calentado el ambiente durante la semana con asambleas abiertas en la mayor parte de las facultades. Con todo, ni los más optimistas confiaban en un éxito tan notorio. "Estamos alucinados", confesaron varios responsables estudiantiles. Y remacharon: "Evidentemente, hoy [por ayer] hemos salido favorecidos".

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