Los dos nombres
Me he quedado asombrado -ahora se dice de piedra- al leer el reportaje titulado "El disputado nombre de la sierra", publicado el pasado 27 de noviembre. Mi asombro procede de que tratan ese caso como si fuese sólo un asunto vasco, cuando en realidad, se trata de un problema (?) vasco-riojano, pues la sierra en cuestión es la que deslinda,geográficamente, las comunidades autónomas del País Vasco y de La Rioja. Convengo en que la misma cartografía presenta dudas y no es clara en sus muchas y diversas ediciones, pero por estos pagos desde los que escribo y de donde procedo -La Sonsierra- ha sido normal llamar Toloño o Sierra de Toloño al macizo existente entre Las Conchas de Haro y el Puerto de Ribas de Tereso-Peñacerrada (con un vértice que le da nombre), quedando como Sierra de Cantabria toda la cadena que va desde dicho puerto hasta el de Lapoblación-Bernedo. En realidad se trata de un único sistema montañoso que se prolonga al oeste por los montes Obarenes y al este por la Sierra de Codés.- José Ramón Monge Ugarte. San Vicente de la Sonsierra. La Rioja.
De aquí a allá
Uno de los rasgos que caracterizan la denominada era postmoderna es la universalización de los problemas. En consecuencia, los conflictos globales se deben abordar con soluciones globales, como está sucediendo poco a poco en la defensa medioambiental. Pero al igual que aquí, urge reforzar los instrumentos que garantizan internacionalmente los derechos humanos puesto que, aunque las personas somos plurales, somos idénticas en lo esencial: la dignidad. Desde Amnesty International detectamos que la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad se conculan en muchos lugares. Uno de los más cercanos es Marruecos. A. Yassine lleva 9 años en arresto domiciliario sin que se le formulen cargos en contra ni orden escrita de detención. Simpatizantes del partido Vanguardia Socialista y Democrática fueron juzgados y sentenciados a cinco meses de cárcel acusados de incitar a la abstención. No se tiene noticia del paradero de centenares de saharauis y no se investigó la muerte en una detención clandestina de dos personas: H. Al Mernissi y M. Feddaoni. A poco más de mil kilómetros de nuestra ciudad se detiene sin justificación, se asesina y no se investiga. Ayer y hoy. Por eso desde A.I. solicitamos que allá en Marruecos se libere a los presos de conciencia, finalice el arresto arbitrario y se asegure la imparcialidad de los tribunales. Y que aquí tanto nuestros representantes políticos como los representados nos involucremos en la defensa permanente de todos los derechos humanos.- Mikel urkiola García. Amnesty International. Vitoria.
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