Un alimento vivo imposible de copiar
El libro Lactancia materna, manual para profesionales, es la traducción de la obra del Royal College of Midwives (comadronas) Successful breastfeeding, traducido al castellano por la ACPAM (Asociación Catalana Pro Lactancia Materna, en sus siglas en catalán) con el apoyo económico de la Comisión de las Comunidades Europeas.En el prólogo, redactado en 1995 por el presidente de la Asociación Española de Pediatría, José Peña Guitán, se ofrecen los argumentos que demuestran los beneficios de la lactancia materna. Los hay de muy diversa índole. Por ejemplo, demográficos. Más de un millón y medio de niños mueren al año en el mundo por no poder alimentarse con la leche de su madre. Así lo indica el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia que cada año edita Unicef.
Argumentos también de química analítica, ya que todavía no se conoce la identidad de todos los ingredientes de la leche de la mujer. Es un alimento vivo imposible de copiar. Añade que el niño lactado a pecho crece armoniosamente y en salud porque la leche materna evita infecciones, diarreas y malnutrición y se convierte en un nutriente ideal para el cerebro y las arterias. No faltan tampoco los argumentos económicos. La alimentación materna produce un ahorro no inferior a las cien mil pesetas por cada niño. Desde el punto de vista de la biología, las ventajas están bien demostradas.
Diversos estudios indican que los niños alimentados con leche materna tienen hasta ocho puntos más de cociente intelectual que los niños alimentados con otras leches. Ninguna de las disponibles en el mercado logra copiar exactamente el contenido de la materna. También está comprobado que entre las madres que amamantan se da una menor tasa de cáncer de mama.
Por todo ello, los autores consideran altamente beneficioso desarrollar la legislación para facilitar que las mujeres que trabajan puedan tener facilidades para dar de mamar a sus hijos.
Existe un Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, impulsado por la OMS y la Unicef, para que los laboratorios que fabrican alimentos infantiles destinen recursos y colaboren en actividades de promoción de la salud materno- infantil.
Se trata de evitar que la industria de alimentos infantiles difunda carteles, libros y regalos entre las madres y entre los agentes de salud para que favorezcan el uso de leches maternizadas en los casos en que no puede darse alimentación natural.
Muchos laboratorios colaboran con el código y difunden la idea de que la leche materna es la mejor opción, pero otros intentan difundir que es mejor complementarla con las leches artificiales. Es la amenaza más clara contra la lactancia materna exclusiva, que, siempre que se pueda, debe ser el objetivo para lograr una alimentación más sana en la infancia.
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