Unión Valenciana da un ultimátum a Zaplana para salvar el Gobierno
Una tensa entrevista de dos horas, celebrada en el Palau de la Generalitat a última de ayer, dejó el pacto de gobierno entre el PP y Unión Valenciana (UV) al borde de la ruptura. El presidente del Consell, Eduardo Zaplana, y el de las Cortes, Héctor Villalba, máximos dirigentes de los partidos de la coalición, se echaron en cara sus diferencias. Zaplana mantuvo su intención de que María Ángeles Ramón-Llin, consejera de Agricultura que desencadenó la crisis el lunes al anunciar que dejaba UV, siga en el cargo.
Los populares calentaron el ambiente previo a la entrevista entre Zaplana y Villalba al anunciar que tres altos cargos del equipo de María Ángeles Ramón-Llin -su jefe de gabinete y dos de sus directores generales- abandonaban, como ella, su militancia en Unión Valenciana y al confirmar que la consejera de Agricultura viajará hoy a Bruselas para asistir al pleno del Comité de las Regiones.Con ello dieron claramente a entender que Ramón-Llin continuará en su cargo a pesar de la exigencia de los regionalistas para que sea sustituida en cumplimiento del pacto de gobierno que firmó con Eduardo Zaplana el desaparecido Vicente González Lizondo al inicio de la legislatura.
A las 19.40 de ayer, Villalba llegó al Palau de la Generalitat con gesto preocupado. Poco más de dos horas después, el presidente de UV anunciaba el ultimátum que había puesto sobre la mesa del presidente de la Generalitat. El dirigente regionalista dijo que había emplazado a Zaplana a destituir a Ramón-Llin y sustituirla por Salvador Ortells, que actualmente ejerce como asesor del departamento de Agricultura.
Hoy, a las 13.30, Villalba volverá al Palau para conocer la respuesta definitiva de Zaplana sobre su propuesta. Sin embargo, por el contenido que tuvo la conversación de ayer, según fuentes próximas a la Presidencia de la Generalitat, Ramón-Llin "tiene al menos el 80% de posibilidades de seguir en su cargo".
Zaplana se reunió anoche con sus más inmediatos colaboradores para analizar la situación y adoptar una decisión definitiva. Estas mismas fuentes explicaron que resultaría muy difícil explicarle a la sociedad valenciana el cese de la consejera cuando no hace ni un mes, tanto regionalistas como populares coincidían en señalarla como la más cualificada integrante del Gobierno.
Contactos con socialistas
Dirigentes de UV, por su parte, antes incluso de que se celebrara la entrevista, mantuvieron contactos con el PSPV para la presentación de una hipotética moción de censura contra Zaplana.De todas maneras, esta posibilidad no tenía visos de prosperar entre las fuerzas de la oposición. Un destacado militante de UV señaló a este periódico que sus propios electores no acabarían de entender una iniciativa semejante. Con todo, el pacto de gobierno entre el PP y UV aparecía ayer abocado a la ruptura, pendiente únicamente del formalismo de la reunión de hoy entre Zaplana y Villalba.
El pacto firmado al inicio de la legislatura establecía un reparto de cargos institucionales entre ambas formaciones. Entre otros, los regionalistas ocuparon la Consejería de Agricultura. María Ángeles Ramón-Llin era hasta el lunes la vicepresidenta de la formación regionalista, pero cuando renunció a la militancia lo hizo a lo grande.
Ramón-Llin acusó a sus compañeros de partido de carecer de rumbo en sus planteamientos políticos y afirmó que dejaba el partido para "no ser cómplice del naufragio" de Unión Valenciana.
Los regionalistas evitaron mezclar a los populares en la decisión de la consejera, pero exigieron su inmediata destitución. Una respuesta negativa a la propuesta formulada anoche por Villalba, que recurrió a un fiel miembro del aparato del partido, desembocaría en la ruptura de la coalición.
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