Solana advierte de que la OTAN atacará "muy pronto" si fracasan las negociaciones sobre Kosovo
"Si no se llega a un acuerdo y fracasan las negociaciones, la OTAN sabrá que hacer, y puedo decir que será muy pronto", aseguró ayer en Macedonia el secretario general de la OTAN, Javier Solana. Aunque en el castillo de Rambouillet las negociaciones entre serbios y albanokosovares registraron avances, todo depende ya de Slobodan Milosevic. Y así se lo hizo saber desde Moscú, con ocasión de la cumbre Rusia-Unión Europea, el ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, quien advirtió a Belgrado de que se arriesga a perder Kosovo si no acepta una autonomía para la actual provincia de mayoría albanesa.
Fiel a su costumbre de jugar al borde del precipicio, el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic parece decidido a mantener en vilo a la comunidad internacional hasta el último minuto del plazo para un acuerdo sobre Kosovo que expira al mediodía de mañana. Ayer, mientras las embajadas en Belgrado comenzaban a preparar las evacuaciones de sus sedes diplomáticas y el asunto adquiría un cariz dramático, Milosevic dejó entrever, a través de unas declaraciones efectuadas por el portavoz de su partido, el SPS (Partido Socialista Serbio), que estaría dispuesto a negociar lo que anteayer consideró "innegociable", a saber: la presencia de fuerzas multinacionales en Kosovo encargadas de salvaguardar la autonomía propuesta para la provincia. Al mismo tiempo, Milosevic exigió, en un mensaje "urgente" al Grupo de Contacto, que cese la presión sobre su Gobierno.Las condiciones que el hombre fuerte de Serbia exige son el levantamiento de las sanciones económicas que pesan sobre su régimen desde la guerra de Bosnia (acceso a los créditos del Banco Mundial y del FMI, más las unilaterales impuestas por EEUU) y el fin del ostracismo que padece en los organismos internacionales de Naciones Unidas, la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) y el propio Consejo de Europa, entre otros. Aunque tales condiciones podrían ser, efectivamente, negociadas, su formulación en estas circunstancias, a menos de 48 horas del cierre de la conferencia de paz de Rambouillet, hacen casi imposible que puedan ser incorporadas al texto del acuerdo.
Los países del Grupo de Contacto (EEUU, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Rusia) sí parecen, sin embargo, dispuestos a garantizar a Milosevic su disposición sincera a abordar posteriormente estas cuestiones. Así las cosas, la OTAN y las potencias occidentales dedicaron la jornada a ultimar los preparativos necesarios para situarse en las dos alternativas posibles: acuerdo y despliegue militar inmediato en Kosovo, o desalojo precipitado de las embajadas, retirada de los verificadores de la OSCE y bombardeos sobre las posiciones militares serbias.
Sin embargo, el principal foco de presión para que Yugoslavia acepte un compromiso que aleje el peligro de intervención militar de la OTAN estuvo ayer en Moscú, durante la celebración de la cumbre Rusia-Unión Europea. "Todos los amigos de Serbia", aseguró el jefe de la diplomacia alemana, "deben presionarla ahora para que acepte el acuerdo de paz. Es la última oportunidad. Si Belgrado continúa con su política actual, sólo logrará la secesión de Kosovo. Si ésta va a permanecer en la Federación de Yugoslavia, debe aprovecharse la oportunidad de una amplia autonomía".
Rusia, el principal aliado estratégico con el que cuenta ahora el régimen de Slobodan Milosevic, forma parte del Grupo de Contacto y, por ello, está comprometida también en la búsqueda de una solución negociada al conflicto. El ministro de Exteriores ruso, Ígor Ivanov, aseguró ayer que su país está dispuesto a enviar un contingente militar para que se sume a la fuerza que eventualmente se cree para verificar sobre el terreno el cumplimiento de un acuerdo. Sin embargo, añadió que, en el caso de que éste no se alcance en las actuales conversaciones, no debe tomarse ninguna otra medida hasta que se celebre una nueva reunión del Grupo.
Lo que Ivanov aseguró indirectamente, lo dijo sin matices el presidente ruso, Borís Yeltsin, según el cual ha hecho saber "por escrito y por teléfono" a Bill Clinton que no está dispuesto a aceptar el lanzamiento de ataques aéreos contra Yugoslavia. "Eso no funcionará", señaló. "No os dejaremos tocar Kosovo".
Fuentes del Kremlin aseguraron primero que los dos presidentes habían conversado el pasado miércoles, aunque luego matizaron que el contacto se había producido "recientemente". Desde la Casa Blanca, sin embargo, el portavoz P.J.Crowley declaró que "en los últimos días" no se ha producido ninguna comunicación entre los dos líderes, ni escrita ni hablada.
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