Capello: "Me equivoqué al irme del Madrid"

Fabio Capello, de 52 años, llegó ayer a Madrid, 17 horas después de que la plantilla madridista sucumbiera ante el Athletic (0-1) en su octava derrota de esta Liga y colocase a Guus Hiddink al borde de la destitución. El técnico italiano, candidato a sustituir al holandés, lo primero que hizo nada más aparecer fue arrepentirse: "Me equivoqué al irme del Madrid". El presidente, Lorenzo Sanz, había impuesto como requisito para negociar con él que Capello pidiera perdón por haber abandonado el club; y ayer se encerró ayer en su casa para reflexionar. Todo indica que Hiddink cesará hoy.

Veinte meses después de dejar el banquillo local del estadio Bernabéu, Fabio Capello regresó ayer a Madrid. Inicialmente, su viaje tenía como motivo pronunciar hoy una conferencia sobre tácticas en el INEF (Instituto Nacional de Educación física), pero la crisis deportiva que sufre el Madrid, la pañolada del sábado al palco y las recomendaciones de la directiva al presidente de que destituya a Guus Hiddink pueden convertir la visita de Capello en definitiva. El técnico italiano es el primer candidato, y casi el único, para sustituir Hiddink.Lorenzo Sanz parece dispuesto a complacer a la afición, al equipo y a la directiva. Todos quieren que Capello se vuelva a sentar en el banquillo de Bernabéu. Como paso previo a cualquier otra cuestión, el presidente del Madrid había pedido al técnico italiano que se disculpara. Ayer, rodeado de cámaras y acompañado de su esposa, Laura, intentó probablemente cumplir con el requisito. "Me equivoqué al marcharme. Estoy muy contento porque dicen que la afición me quiere. He tenido buenas relaciones con todos los que trabajan en el club, incluido Lorenzo Sanz. Espero que el Real Madrid recupere el liderato que se merece", dijo.

Lorenzo Sanz conoció desde su casa de La Florida, una urbanización a las afueras de Madrid, las palabras del técnico. El presidente madridista se encerró ayer con su familia para reflexionar sobre el equipo.

Sanz se había marchado el sábado del estadio Bernabéu sin bajar, contra lo que es habitual en él, a ver a los jugadores y charlar con el técnico. Sólo se detuvo para cambiar impresiones con los dos vicepresidentes, Juan Manuel Herrero y Juan Onieva, con el secretario de la junta, José María Stampa, y con el secretario técnico, José Martínez, Pirri. Todos le recomendaron la destitución del entrenador. "Hay que hacer algo", le aconsejaron. Sanz decidió tomarse unas horas para pensar. "El domingo es un mal día para tomar decisiones", advirtió Manuel Fernández Trigo, el gerente del club. "Lo que pase será el lunes".

Todo indica que las horas de Hiddink están contadas. El Madrid debe concentrarse esta tarde para jugar mañana en el Bernabéu ante el Racing de Santader en partido de Copa. Lorenzo Sanz se pronunciará antes de que esto ocurra. Si Hiddink es destituido, Vicente del Bosque y Toni Grande se sentarán en el banquillo hasta que llegue el nuevo técnico.

Fabio Capello está dispuesto a hacerse cargo del equipo inmediatamente, y parece que será flexible en la negociación. El club busca rápidamente un revulsivo ante el regreso de la Liga de Campeones: el Madrid jugará el partido ida de los cuartos de final el día 3 de marzo ante el Dinamo de Kiev en el Bernabéu. Casi perdida la Liga, el equipo se agarra por segundo año consecutivo a la Copa de Europa como objetivo, pero los problemas de la plantilla parecen más graves que el año pasado por estas fechas.

A la falta de identidad futbolística del grupo se unen esta temporada los conflictos del vestuario. "Están bloqueados, no les sale nada", aseguraba el sábado un directivo, quien añadía: "Hace falta un cambio". Hiddink, mientras, aguanta. Tras la derrota ante el Athletic aseguró a varios directivos que se siente capaz de arreglar la situación. "Me siento fuerte. Soy un hombre con gran experiencia y sé que puedo encontrar una solución", explicó.

El despido de Guus Hiddink le costaría al Real Madrid unos 480 millones de pesetas -ha cobrado hasta el momento 240 millones-, ya que el entrenador holandés firmó un contrato por dos años, a razón de 360 millones de pesetas por temporada.

Sanz se ha resistido durante las últimas semanas a admitir que la solución a los problemas del equipo sea Capello, pero la unanimidad es tal entre todos los que le rodean que parece decidido a dar el paso. "Con éste nos elimina el Dinamo", advirtió la pasada semana un destacado miembro de la plantilla al presidente. Ese día Sanz empezó a pensar en el cambio.

Capello se ha mantenido durante los últimos 20 meses en permanente contacto con el equipo. Sus llamadas a los jugadores han sido habituales. Cualquier visita a Madrid la aprovechaba para saludar a los directivos y empleados del club. También ha presenciado muchos de los partidos europeos como comentarista de un canal de televisón italiano.

Esos viajes le han permitido conocer al detalle la situación del equipo.