20 años en la cárcel sin explicación
Cuando tenía 5 años, Malika fue adoptada por Mohamed V, padre del actual rey, para que hiciera compañía a su hija Lalla Mina. A la muerte del soberano, en 1961, Hassan II tomó el relevo y la educó como su propia hija hasta que cumplió 16 años. En esa época el general Ufkir, ministro del Interior, se convirtió en la mano derecha del rey y fue el encargado de todo el sistema policial. En 1972 Ufkir intentó derrocar al rey derribando el avión en que viajaba. Pero el golpe fracasó y Hassan II salió ileso del atentado. Ufkir fue asesinado, aunque los responsables oficiales intentaron camuflar su muerte en suicidio. Pocos meses después, Fátima, la mujer de Ufkir, fue encarcelada junto con sus seis hijos, con edades entre los 3 y los 18 años. Malika tenía 18 y Rauf, 15. Permanecieron 20 años encerrados en condiciones inhumanas, enfermos, sin atención médica, con la comida y el agua racionadas. Nunca recibieron una explicación, ni hubo juicio, ni Hassan se comunicó con ellos. En 1991 fueron puestos en libertad vigilada, y en 1996, tras la fuga a Ceuta de María y unas gestiones de España que hoy agradecen como preámbulo a toda conversación, recibieron los pasaportes que les permitieron salir. Hoy la mayor parte de la familia vive en Francia.
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