Loyola de Palacio considera bueno el principio de acuerdo porque repara injusticias pasadas

La ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, calificó ayer el principio de acuerdo sobre la Agenda 2000 y la reforma de la Política Agrícola Común logrado en Bruselas como razonable, justo, equilibrado y positivo. En opinión de Loyola de Palacio, los acuerdos alcanzados durante la madrugada suponen, en primer lugar, una reparación de las injusticias y discriminaciones que había sufrido el sector agrario español en los últimos años en relación con el resto de los países miembros de la UE al disponer de unas cuotas muy por debajo de sus necesidades, por ejemplo en producción de leche de vaca.

Esas injusticias se extendían, afirmó De Palacio, a rendimientos reconocidos en herbáceos por debajo de las producciones reales y vacunos machos con derecho a ayudas en un volumen muy inferior a los animales sacrificados. Para la ministra, estos logros han sido posibles gracias al trabajo en Bruselas durante los últimos dos años y al cambio de actitud que se ha producido en la capital de la UE.Para la ministra de Agricultura, los resultados obtenidos en Bruselas suponen garantizar el futuro del sector agrario y asegurar su competitividad en los mercados exteriores gracias a la política de ayudas para compensar la bajada de los precios aprobados.

En relación con el incremento de los gastos que suponen los acuerdos, cerca de 7.000 millones de euros anualmente, para la ministra de se trata de un aumento asumible, cuya aprobación por los jefes de Estado en su proxima cumbre espera sin problemas.

Junto a los logros en leche de vaca, vacuno de carne y rendimientos en cultivos herbáceos, que van a suponer importantes aumentos de los fondos recibidos desde Bruselas, la ministra mostró su satisfacción por el mantenimiento del rendimiento diferencial en el maíz, el aumento de las plantaciones en viñedo y, en parte, por la salida arbitrada para el girasol, aunque no sea totalmente satisfactoria.

Por su parte, organizaciones agrarias y partidos políticos mostraron posiciones diferentes sobre los resultados de la reforma. Aunque en líneas generales hay coincidencia sobre los logros, también existen discrepancias a la hora de analizar globalmente los acuerdos.Para el presidente de Asaja, Pedro Barato, es un acuerdo equilibrado, aunque suscita el temor de que en la próxima cumbre de jefes de Estado se puedan cambiar apoyos agrarios por otros fondos.

El secretario general de UPA, Fernando Moraleda, advirtió sobre el contenido de la letra pequeña de los acuerdos e insistió en las posiciones de su organización para aplicar en España una política de modulaciones en el pago de las ayudas. Según un último estudio de esta organización, un total de 37 explotaciones perciben 6.400 millones de pesetas.

Para el director de la Confederación de las Cooperativas Agrarias de España, Francisco Marín, es un acuerdo positivo en líneas generales que coloca a la UE en buena situación para abordar la nueva ronda de la Organización Mundial de Comercio

Antonio Castellanos, de COAG, considera que la euforia es un engaño. Aunque se hayan conseguido algunos logros, considera que globalmente la reforma es un golpe bajo a las explotaciones menos competitivas o con menor dimensión. Esta opinión es compartida por el responsable agrario del PSOE, Francisco Amarillo, para quien los cambios introducidos pondrán fuera del mercado a una parte de la agricultura española.