Susana Fortes recrea el mundo adolescente en su tercera obra

Una mujer y dos hombres, amigos de la adolescencia unidos por la amistad, la iniciación al sexo, la literatura y la traición, recuerdan, a través de un diario escrito a tres bandas, un hecho crucial sucedido en 1973. Ése es el punto de partida de Tiernos y traidores (Seix Barral), la tercera novela de Susana Fortes, que fue presentada ayer en Madrid. La autora afirma: "Es, con mucho, la más complicada de las que he escrito".

Ganadora en 1994 del Premio Nuevos Narradores de Tusquets con Querido Corto Maltés, gallega transterrada en Valencia, donde imparte clases de Historia en un instituto, Susana Fortes (Pontevedra, 1959) parece haberse acercado en Tiernos y traidores a su madurez como narradora. La novela mezcla elementos autobiográficos ("hay más cosas de mi vida de estudiante que de la de profesora, pero no tantas como parece: tampoco pongo tanta carne en el asador") con una pizca de nostalgia de la adolescencia, "una etapa de gran inocencia y de especial fragilidad, y por tanto muy rica en traiciones exuberantes y en conflictos atractivos".Además, Fortes deja espacio a varios reconocimientos personales: a los escritores y películas que ayudaron a dar forma, afirma, "a las huellas digitales de mi universo mítico, de mi imaginario personal". Entre ellos, algunas historias célebres de triángulos, como Jules et Jim; otras de ambiente estudiantil, como El club de los poetas muertos... Aunque hay más: el desencadenante de la historia es un profesor llamado Lancelot, un personaje se apoda Byron...

La complejidad de la novela, que transcurre en una ciudad atlántica imaginaria y lluviosa, deriva de la estructura: "El reto era particularizar las voces, dar a cada personaje-narrador su forma de contar. Para eso tienes que meterte en sus cabezas, no repetir nada... Y eso no resulta fácil".