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GUERRA EN YUGOSLAVIA El frente bélico

Serbia amenaza con miles de muertos si la OTAN invade Kosovo

"Tenemos allí 150.000 hombres. Si cada uno dispara tres balas, despachará a un invasor"

La Yugoslavia de Slobodan Milosevic hizo ayer la primera advertencia de que, en caso de una ofensiva terrestre aliada, EEUU y Europa deben prepararse para unos funerales en serio. El comandante en jefe del Tercer Ejército serbio, el que se encarga de Kosovo, declaró categóricamente que una ofensiva terrestre de las fuerzas aliadas que trataran de instalarse en Kosovo llevaría sólo luto a todos los países que se han sumado a la ofensiva bajo las órdenes de Washington.

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"Nuestro pueblo es lo suficientemente fuerte para soportar cualquier agresión y resultar victorioso", declaró a la agencia oficial yugoslava Tanjug el general Nebojssa Pakvovic. "En Kosovo, tenemos 150.000 hombres en armas. Si cada uno dispara tres balas despacharán a un invasor, ese será el precio que tengan que pagar los agresores", dijo. "Nadie que se atreva a entrar en Kosovo debe subestimar las pérdidas que semejante aventura representaría", añadió. Históricamente hablando, en los Balcanes no ha habido conquistas fáciles contra los guerreros serbios. Esa incuestionable realidad, ilustrada con el fracaso nazi en la conquista de Yugoslavia, fue la que utilizó el comandante militar serbio. Pakvovic, en teoría, tendría que estar en la primera línea en el caso -de aquí a cuatro semanas, como mínimo- en que la OTAN decida mandar soldados a Kosovo.

Más que un recordatorio de las derrotas de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, lo de Pakvoci sonó a una arenga. "Nadie se atreverá a mandar fuerzas extranjeras sin considerar que ese paso implica grandes pérdidas humanas entre los militares".

Consciente como es el Gobierno de Belgrado del impacto de imágenes como las que produjo la guerra de Vietnam en la memoria norteamericana, el sórdido cambio de actitud cuando 262 marines perecieron en un ataque suicida en Beirut en 1983, y la pesadilla que causó el ver a un soldado nortearicano arrastrado en Somalia años mas tarde, lo que se prepara en Belgrado es un escenario apocalípitico que la CNN transimitiría a los hogares de los soldados que podrían perder la vida en esta guerra sin garantías de que sus restos vayan a parar a los cementerios de sus pueblos de origen.

El general Pavkovic hizo otra advertencia importante: desde que se desencadenaron los bombardeos contra Serbia, el pasado 24 de marzo, la maquinaria militar serbia sigue funcionando a pesar de las victorias que proclaman los portavoces de la OTAN en Bruselas. Pavkovic dijo que el precio de una aventura militar será altísimo en las filas aliadas. Composición geográfica aparte -gracias a su territorio montañoso Yugoslavia es el sueño de los emboscadores- en lo que pretende poner énfasis Belgrado es en el patriotismo frente a una agresión extranjera.

Peor aún para los estrategas serbios y los ultranacionalistas que apoyan a Milosevic es la noción de que vecinos como los montenegrinos y Albania parecen estar dispuestos a enrolarse en la OTAN y esperar que sucumba el Gobierno de Yugoslavia.

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