Serra atribuye a la guerra la reducción de aspirantes a soldados profesionales
El proceso de profesionalización de las Fuerzas Armadas españolas va camino de convertirse en uno de los "daños colaterales" de la guerra de Yugoslavia. El ministro de Defensa, Eduardo Serra, atribuyó ayer a dicho conflicto la caída del número de aspirantes a soldado profesional en la segunda convocatoria del año.Aunque el plazo de presentación de instancias concluía ayer y no se dispondrá de datos definitivos hasta la próxima semana, ya que muchas solicitudes se remiten por correo, Serra dio por hecho que no se llegará a los dos aspirantes por plaza, una proporción ya de por sí muy inferior al mínimo indispensable para cubrir con rigor las necesidades de los ejércitos. Defensa llevaba contabilizadas ayer menos de 10.000 solicitudes para 6.068 plazas.
Serra admitió que su departamento se había planteado aplazar la convocatoria, que se publicó en el BOE el pasado 23 de abril, por temor a que los bombardeos de la OTAN pudieran retraer a potenciales aspirantes. Finalmente, renunció a hacerlo ante la incertidumbre sobre la duración del conflicto. La convocatoria estaba además coordinada con el lanzamiento de una campaña publicitaria, presupuestada en 1.950 millones de pesetas, cuyo efecto ha quedado neutralizado por el aluvión de informaciones sobre la guerra.
No obstante, Serra se mostró ayer confiado en que la caída de las solicitudes sea coyuntural y se compense con un aumento en las otras dos convocatorias previstas para este año. El problema radica en que, aunque el resultado de esta convocatoria es el peor que se ha producido nunca, el de febrero pasado no fue mucho mejor, ya que sólo se presentaron 2,1 aspirantes por puesto.
También entonces se atribuyó lo sucedido a razones coyunturales, como la exigencia de nuevos trámites burocráticos o el escaso tiempo transcurrido desde la última convocatoria de 1998. El problema parece más bien estructural y ni siquiera exclusivo de España, ya que países con una larga tradición de ejército profesional, como Estados Unidos o el Reino Unido, también tienen problemas para reclutar soldados.
Serra lo sugirió ayer al cuestionar, a la vista del escaso éxito de las ofertas de empleo militar, las estadísticas oficiales sobre paro juvenil en España. En Defensa se apela, además, a la vista de estos datos, a la inconveniencia de adelantar la supresión de la mili, prevista para diciembre del 2002.
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